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RECIMAUC VOL. 6 Nº 4 (2022)
Introducción
Los inicios de la nutrición parenteral fueron
en los años 60-70 se distinguían 2 escuelas,
la americana de Dudrick y Roads que uti-
lizaba como nutrientes esenciales los Ami-
noácidos (AA) y la glucosa administradas
por vía central, y la europea de Wretlind que
añadía lípidos permitiendo bajar la cantidad
de glucosa aportada y por tanto la osmo-
laridad de las soluciones, de este modo
podían ser infundidas por vía periférica. En
1972, Wretlind formuló la primera nutrición
parenteral total al incorporar los tres princi-
pios inmediatos. (Bonilla Serrano, 2018)
Desde hace aproximadamente 30 años has-
ta el día de hoy, el miedo de alimentar a los
pacientes en estado crítico con inestabilidad
hemodinámica (IH) sigue latente en los pro-
fesionales que tratan con esta población. La
gran mayoría de los pacientes ingresados a
la unidad de cuidados intensivos (UCI) pre-
sentan inestabilidad hemodinámica, esto
derivado principalmente de algún tipo de
shock (hipovolémico, séptico, cardiogénico,
etc.). (Rendón-Rodríguez et al., 2019)
El riesgo de desnutrición en pacientes hos-
pitalizados en una unidad de cuidados in-
tensivos es una realidad que debe y puede
evitarse mediante una intervención tempra-
na y oportuna. El soporte nutricional: enteral
o parenteral es la única forma de brindar a
los pacientes los nutrientes necesarios para
asegurar el cumplimiento de sus requeri-
mientos y contribuir con su recuperación.
Por tal motivo, éste es un estudio conve-
niente que permitirá seleccionar el tipo de
soporte nutricional idóneo, según el caso
clínico del paciente con el objetivo de dis-
minuir la estancia hospitalaria y poder dis-
minuir costos y complicaciones. (Cabrejos
Quevedo, 2020)
La administración de sustancias nutritivas
es independiente de cualquier suplemen-
to nutricional oral y/o la administración de
nutrientes vía endovenosa con el objetivo
de mantener la integridad y la función del
tracto gastrointestinal; y garantizar el aporte
energético necesario en ambos casos para
poder afrontar luego de la estabilización el
estado catabólico producido en los pacien-
tes críticos. (Veliz, 2021)
La terapia nutricional en el paciente crítico
es un elemento clave en su recuperación.
Numerosos estudios, incluyendo revisiones
sistemáticas y metaanálisis, han proporcio-
nado evidencia sólida de que una provisión
óptima de nutrientes y el establecimiento
temprano de un balance calórico adecua-
do por abordaje enteral o parenteral se aso-
cian con una evolución favorable, con dis-
minución de la morbilidad y la mortalidad.
Por el contrario, diferentes estudios han
confirmado el papel de la desnutrición y del
balance energético negativo como factores
de riesgo de mortalidad, complicaciones,
disminución de los días libres de ventilación
mecánica y mayor duración de la estancia
en la UCI y en el hospital, con peores resul-
tados funcionales y de recuperación a largo
plazo. (Bordejé et al., 2021)
Existen una serie de controversias que li-
mitan la aplicación universal de la terapia
nutricional. En primer lugar, muchos médi-
cos actualmente continúan viendo la provi-
sión de un régimen nutricional como apoyo
complementario y no como terapia prima-
ria verdadera. En segundo lugar, los estu-
dios recientes sobre la alimentación trófica
se han malinterpretado para implicar que
la terapia nutricional no es importante en
la primera semana de hospitalización des-
pués del ingreso a la UCI. En tercer lugar,
algunos médicos tienen la idea equivo-
cada de que los pacientes de la UCI que
son obesos no requieren terapia nutricio-
nal, cuando en realidad muchos de estos
pueden ser algunos de los pacientes en
mayor riesgo. Además, en algunas UCI la
nutrición parenteral (PN) sigue siendo de
primera elección, cuando la evidencia de-
muestra que la alimentación enteral sigue
la vía de elección primaria siempre que sea
posible o no esté contraindicada. (Abad
Moreira & Aguirre Cedeño, 2018)
SOPORTE NUTRICIONAL EN PACIENTE CRITICO