Celia María Pulgarin Fernández a


Generalidades de la medicina crítica o intensivista

Generalities of critical or intensivist medicine


Revista Científica de Investigación actualización del mundo de las Ciencias. Vol. 3 núm., 2, abril, ISSN: 2588-0748, 2018, pp. 376-394

DOI: 10.26820/reciamuc/3.(2).abril.2019.376-394
URL:http://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/345
Código UNESCO:3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo de Revisión


Editorial Saberes del Conocimiento
Recibido: 21/02/2019 Aceptado: 10/03/2019 Publicado: 30/04/2019
Correspondencia: director@reciamuc.com

a. Médica General; Especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva; celita_mtz@hotmail.com



RESUMEN

Se define la Medicina Critica (MC) o Medicina Intensiva (M.I.) como aquella parte de la Medicina, que se ocupa de los pacientes con una patología que haya alcanzado un nivel de severidad tal, que suponga un peligro vital, actual o potencial, susceptible de recuperabilidad. Un conjunto de procedimientos invasivos, diagnósticos y terapéuticos, son esenciales para el manejo de los pacientes críticos. Es reconocido que los sistemas de soporte vital alteran los mecanismos normales de defensa del huésped, afectando a un paciente con una respuesta inmune ya deteriorada por su enfermedad de base. Más de un tercio de los pacientes admitidos a las unidades de cuidados intensivos experimentan eventos adversos inesperados, siendo las infecciones nosocomiales una de las complicaciones más frecuentes. La metodología de la investigación es de tipo bibliográfica. Las conclusiones más relevantes es que se confirman todos los riesgos a los que están sometidos los pacientes críticos que deben estar hospitalizados en unidades de cuidados intensivos, al contraer infecciones, bacterias, enfermedades como neumonía, entre otras. Es por ello que siempre debe haber un monitoreo importante dentro de las áreas críticas y que se cumplan los protocolos higiénicos, de seguridad y médicos para evitar las complicaciones de pacientes críticos, al final la medicina critica lo que busca es la recuperación exitosa del paciente.

Palabras Claves: UCI; Critica; Medicina; Infecciones; Protocolos.



ABSTRACT

TCritical Medicine (CM) or Intensive Medicine (MI) is defined as that part of Medicine, which deals with patients with a pathology that has reached a level of severity, which poses a vital, current or potential danger, susceptible of recoverability. A set of invasive procedures, diagnostic and therapeutic, are essential for the management of critical patients. It is recognized that life support systems alter the normal defense mechanisms of the host, affecting a patient with an immune response already impaired by their underlying disease. More than a third of patients admitted to intensive care units experience unexpected adverse events, with nosocomial infections being one of the most frequent complications. The research methodology is bibliographic. The most relevant conclusions are that all the risks to which critical patients who are hospitalized in intensive care units are confirmed, when they get infections, bacteria, diseases such as pneumonia, among others, are confirmed. That is why there must always be an important monitoring within the critical areas and that the hygienic, safety and medical protocols are met to avoid the complications of critical patients, in the end the critical medicine that seeks is the successful recovery of the patient.

Keywords: ICU; Criticism; Medicine; Infections; Protocols.



Introducción

Se define la Medicina Critica (MC) o Medicina Intensiva (M.I.) como aquella parte de la Medicina, que se ocupa de los pacientes con una patología que haya alcanzado un nivel de severidad tal, que suponga un peligro vital, actual o potencial, susceptible de recuperabilidad. El concepto actual de terapéutica intensiva o Terapia intensiva, comprende la aplicación sistemática de las múltiples posibilidades terapéuticas modernas, que se utilizan en situaciones de peligro para la vida, lo que supone la sustitución temporal de las funciones orgánicas alteradas o suprimidas, sin abandonar por ello el tratamiento simultaneo de la enfermedad de base, que ha dado lugar a estos trastornos y teniéndose en cuenta que tales medidas y al final de la terapéutica, proporcionaran una buena calidad de vida para el futuro (Vera Carrasco, 2015, pág. 77).

La historia de la Medicina Intensiva es reciente comparada con la de otras disciplinas médicas, y su aparición y desarrollo han venido determinados tanto por la necesidad de atender adecuadamente a los pacientes críticos como por la disponibilidad de recursos para hacerlo. En cada país el camino tomado ha venido marcado por sus propias circunstancias, y a menudo se ha encontrado con estructuras previas y rigideces que han condicionado su desarrollo (Palencia Herrejón, González Díaz, & Mancebo Cortés, 2011, pág. 233).

Son ámbitos de actuación de la medicina crítica las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) o Cuidado intensivo, tanto los polivalentes como los dedicados a una sola especialidad, médica o quirúrgica, y otras áreas del Sistema de Salud donde haya pacientes gravemente enfermos que requieran una atención integral. Como consecuencia de la progresiva demanda social que exige cada vez mayores niveles de asistencia, y del desarrollo profesional que permite asistir a los

Son ámbitos de actuación de la medicina crítica las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) o Cuidado intensivo, tanto los polivalentes como los dedicados a una sola especialidad, médica o quirúrgica, y otras áreas del Sistema de Salud donde haya pacientes gravemente enfermos que requieran una atención integral. Como consecuencia de la progresiva demanda social que exige cada vez mayores niveles de asistencia, y del desarrollo profesional que permite asistir a los pacientes por encima de los límites convencionales, la medicina crítica representa la adquisición de competencias que son la suma de conocimientos, habilidades y actitudes que significan el último escalón asistencial de un sistema de progresiva atención a los pacientes gravemente enfermos (Vera Carrasco, Programas académicos de la residencia médica en medicina crítica y terapia intensiva, 2012).

En principio, la terapia intensiva basa su atención en el reconocimiento oportuno y preciso de desviaciones de variables fisiológicas y bioquímicas en el paciente enfermo de gravedad. Partiendo de lo anterior, se procede a normalizar dichas variables con el fin de recuperar al enfermo. Sin embargo, surge la interrogante: ¿es lo correcto en todos los casos aplicar esta estrategia de normalización o corrección de lo que se encuentra fuera de la normalidad, o podría ser contraproducente? Esta nueva forma de interpretar las manifestaciones de la enfermedad puede tener repercusiones en su tratamiento y una utilización más racional de los recursos (Padilla-Cuadra, 2018, pág. 8).

Un conjunto de procedimientos invasivos, diagnósticos y terapéuticos, son esenciales para el manejo de los pacientes críticos. Es reconocido que los sistemas de soporte vital alteran los mecanismos normales de defensa del huésped, afectando a un paciente con una respuesta inmune ya deteriorada por su enfermedad de base. Más de un tercio de los pacientes admitidos a las unidades de cuidados intensivos experimentan eventos adversos inesperados, siendo las infecciones nosocomiales una de las complicaciones más frecuentes. Las infecciones nosocomiales adquiridas en UTI aumentan la morbilidad, el tiempo de estadía y los costos hospitalarios. En adición, la neumonía asociada al ventilador y las infecciones hematógenas adquiridas en UTI tienen una mortalidad atribuible variable entre el 10 y el 35% en diferentes poblaciones.

Afortunadamente, los estudios sistemáticos destinados a reconocer los factores de riesgo de la infección nosocomial, la vigilancia de las infecciones y la adherencia a guías prácticas de prevención han sido efectivos para reducir el riesgo de los pacientes admitidos en terapia intensiva (Pittet & Harbarth, 2006).

Entonces, la medicina intensiva es una de las áreas más importantes de la medicina, ya que en ella puede darse un agravamiento y posterior muerte del paciente o su recuperación que le permita su salida de la unidad de cuidados intensivos. Los pacientes en esta área de la medicina no solo están en riesgo por el padecimiento que tengan, el cual los llevo a esas instancias, sino a otras aspectos que no son menos importantes como las infecciones, bacterias, malos cuidados de enfermería y malas decisiones médicas.


Metodología

La metodología de la investigación es de tipo bibliográfica, la misma se centra en un abordaje de aspectos generales sobre la medicina critica o intensiva, para ello se ha recurrido a diferentes medios electrónicos para la obtención de la información de diferentes autores que ya han generalizado sobre estos temas y otros que han sido más específicos y que han ayudado a la construcción de esta investigación.


Resultados

Estrategias de normalización

Control de glicemia: la insulinoterapia intensiva, no es recomendable para el control de la glicemia en vista de que aunque puede llevarla a números normales y en algunos casos reducir la mortalidad. Puede producir en los pacientes hipoglicemias lo que puede generar más bien todo lo contrario. Esto debido a casos demostrados donde se reducía los niveles de mortalidad del 8 al 4,6% llevando la glicemia con insulinoterapia a valores normales de 80-110 mg/dl. Sin embargo estudios de NICESUGAR (The Normoglycemia in Intensive Care Evaluation Survival Using Glucose Algorithm Regulation Study), han desmontado esta práctica, donde más bien infieren que los procesos de stress sometidos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) pueden liberar en el paciente catecolaminas y cortisol que conducen a una hiperglicemia, que puede llevar a sobrevivir al paciente.

Falla renal: Estudios de Acker et al, demostraron que controlar las fallas renales por medio de tiroxina aumento la mortalidad de un 13 a un 46%. Pacientes con el llamado síndrome de eutiroideo enfermo, que se caracteriza por niveles disminuidos de T3 en pacientes críticos, no debe tratarse con suplemento hormonal. En estados de suma gravedad una hormona estimula el catabolismo.


Infecciones en las UCI

La infección nosocomial endémica más común en UTI es la que afecta al tracto respiratorio inferior (40%), seguida por la del tracto urinario (24%) y la bacteriemia (11%). La elevada incidencia de infecciones pulmonares en relación con otros sitios de infección es particular de las unidades de cuidados críticos, donde los pacientes con frecuencia requieren intubación endotraqueal.

Aunque menos del 10% de los pacientes hospitalizados son tratados en terapia intensiva, muchos brotes de infecciones nosocomiales ocurren en estas unidades. En la University of Virginia Hospital, 10 de 11 brotes epidémicos identificados entre 1978 y 1982 ocurrieron en UTI, y ocho de ellos involucraron infecciones hematógenas. Similar a los brotes de infecciones hematógenas polimicrobianas descriptas por Ponce de León y colaboradores, aquéllos estuvieron frecuentemente relacionados con un empleo inadecuado de la técnica o con una falta de observación de las reglas de control de infecciones. Otras epidemias fueron asociadas con tipos específicos de bacterias o estuvieron relacionadas con reservorios inanimados contaminados. En efecto, las epidemias causadas por organismos inusuales, tales como el Acinetobacter spp., generalmente se asocian con un equipamiento contaminado o con cambios en el medio ambiente.

La literatura reciente está plena de informes sobre la falta de observancia de las técnicas de control de infecciones, lo que conduce a epidemias de infecciones nosocomiales en UTI. Los autores recientemente publicaron una revisión extensa de más de 50 episodios de infección nosocomial que ocurrieron en UTIs entre 1983 y 1995 (Harbarth S., Pittet D., 1996). En conjunto, aproximadamente el 40% de los mismos fueron causados por bacilos Gram negativos y un tercio por bacterias Gram positivas. Los patógenos más frecuentemente aislados fueron el Staphylococcus aureus meticilino resistente, Klebsiella spp y Pseudomonas spp (Pittet & Harbarth, 2006).

La influencia y el impacto de los antibióticos se observan en los pacientes que los reciben (respuesta clínica, evolución) y en el ecosistema que rodea al paciente (flora hospitalaria). Este impacto es especialmente visible en los pacientes críticos y en la flora endémica de las unidades de cuidados intensivos. El conjunto de normas y estrategias desarrolladas para mejorar y optimizar el empleo de los antimicrobianos recibe el nombre de política de antibióticos y consiste en un conjunto de medidas de primer orden en su aplicación en nuestras unidades y también a todos los niveles, hospitalario y en atención primaria (Zaragoza Crespo & Palomar Martínez, 2011).

Las infecciones comunitarias más graves y frecuentes en la UCI: neumonías comunitarias graves, meningitis, encefalitis e infecciones del tracto urinario, precisan, por su importancia, frecuencia y gravedad, una revisión frecuente y del todo actualizada, como se ha hecho en la puesta al día dedicada a ellas. Con respecto a las neumonías, se hace hincapié en la utilización de las escalas de gravedad para valorar el ingreso en las unidades de críticos, así como en la monitorización evolutiva mediante los marcadores biológicos y en la importancia de instaurar un tratamiento antibiótico precoz adecuado. Se resalta la importancia del Gram de líquido cefalorraquídeo en el diagnóstico etiológico de la meningitis, así como de las técnicas de amplificación por reacción en cadena de polimerasa a tiempo real y de la RM en el diagnóstico etiológico de las encefalitis. Asimismo, se expresa la preocupación por el aumento del porcentaje de cepas de Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae productoras de betalactamasas de espectro extendido en nuestro país que nos hace, sin duda, replantear el tratamiento empírico en especial en enfermos graves (Zaragoza Crespo & Palomar Martínez, 2011).

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), elaboro unos indicadores de calidad que permiten medir y evaluar la actividad relacionada con la atención del enfermo crítico.


Tabla 1. Criterios diagnósticos de sepsis

Infección documentada o sospechada y alguno de los siguientes parámetros:


Variables generales

Fiebre (temperatura mayor a 38.3°C)
Hipotermia (temperatura menor de 36°C)
Frecuencia cardíaca mayor a 90 min-1 o mayor de 2 desviaciones estándar del valor normal para la edad
Taquipnea
Alteración del estado mental
Edema significativo o balance hídrico positivo (mayor de 20 cc/kg por mas de 24 hrs)
Hiperglicemia (glicemia mayor a 120 mg/dl o 7.7 mmol/L) en ausencia de diabetes
Variables inflamatorias
Leucocitosis (cuenta WBC mayor de 12000 mm3)
Leucopenia (cuenta WBC menor de 4000 mm3)
Cuenta WBC normal con mas del 10% de formas inmaduras
Proteína C-reactiva plasmática mayor de 2 desviaciones estándar del valor normal
Procalcitonina plasmática mayor de 2 desviaciones estándar del valor normal
Variables hemodinámicas
Hipotensión arterial (TAS:<90mmHg, TAM:<70, o un descenso de la TAS mayor a 40 mmHg en adultos o menor de 2 desviaciones estándar por debajo del valor normal para la edad)
Saturación venosa mixta de oxígeno:>70% . Nota: El valor normal de ésta en niños oscila entre 75% y 80%.
Indice cardíaco:>3.5 L.min-1.M-23. Nota: el valor normal en niños oscila entre 3.5 y 5.5.
Variables de disfunción orgánica
Hipoxemia arterial (Pao2/Fio2:<300)
Oliguria aguda (gasto urinario<0.5 mL.kg-1.hr-1 o 45 mmol/L al menos por 2 hrs)
Aumento de la creatinina mayor a 0.5 mg/dL
Anormalidades de coagulación (INR>1.5 o aPTT>60 s)
Ileo (en ausencia de obstrucción intestinal)
Trombocitopenia (cuenta plaquetaria<100000 mm3)
Hiperbilirubinemia (BT:>4 mg/dL o 70 mmol/L)
Variables de perfusión tisular
Acidosis láctica (>1 mmol/L)
Disminución del llenado capilar o piel marmórea

Fuente: (Briceño, 2005).


El control de infecciones tradicional en la UTI

  1. Vigilancia para identificar reservorios
  2. a. Pacientes colonizados e infectados

    b. Contaminación del medio-ambiente

  3. Detener la transmisión entre pacientes
  4. a. Lavado de manos y asepsia adecuados

    b. Uso de instrumentos individuales exclusivos

    c. Aislar a los pacientes susceptibles: confinamiento, presión negativa, cohortes (pacientes con igual resistencia compartiendo el lugar físico y/o la enfermería)

    d. Precaución de barrera (guantes, camisolines) para pacientes colonizados e infectados

    e. Eliminar fuentes ambientales de infección; desinfectar el medio-ambiente

    f. De ser necesario cerrar la unidad para nuevas internaciones

  5. Detener la progresión desde colonización hacia infección
  6. Discontinuar factores comprometedores en cuanto sea posible (extubación, extracción de sonda nasogástrica, eliminación de sondas vesicales cuando sea posible; rotar los sitios de punción; adecuada desinfección del respirador y cuidado pulmonar)

  7. Discontinuar factores comprometedores en cuanto sea posible (extubación, extracción de sonda nasogástrica, eliminación de sondas vesicales cuando sea posible; rotar los sitios de punción; adecuada desinfección del respirador y cuidado pulmonar)
  8. Tratar enfermedades subyacentes y complicaciones

    Controlar el uso de antibióticos (uso de guidelines, restricción, rotación, combinación o cesación)

  9. Promover conductas que reduzcan los riesgos de infección-colonización
  10. Educación del personal

    Enfasis en el abordaje del problema por un equipo multi-disciplinario (infectología, personal médico de la UTI, servicios médicos de consulta, microbiología, epidemiología hospitalaria, enfermería) (Luna, Gherardi, Famiglietti, & Vay, 2001).


Tabla 2. Indicadores de Calidad en el Enfermo Crítico


Cuidados cardiológicos y RCP
Nro Nombre del indicador Estándar
1 Administración precoz de ácido acetilsalicílico (AAS) en el síndrome coronario agudo 100%
2 Administración precoz de bloqueadores beta en el infarto agudo de miocardio 100%
3 Realización de cateterismo cardíaco en el síndrome coronario agudo sin elevación del ST (SCASEST) de alto riesgo 95%
4 Estratificación de riesgo en el SCASEST 100%
5 Tiempo puerta aguja en el SCACEST 100%
6 Técnicas de reperfusión precoz en el SCACEST 100%
7 Mortalidad hospitalaria en el SCACEST 12%
8 Tratamiento precoz de la disfunción cardiovascular (DOCV) 95%
9 Hipotermia terapéutica en la parada cardíaca 90%
10 Utilización del Utstein 100%
11 Infarto de miocardio periperoperatorio en cirugía cardíaca 10%
Insuficiencia respiratoria aguda
12 Incidencia de complicaciones precoces en la implantación de marcapasos definitivo 2%
13 Incidencia de barotrauma 5%
14 Cambio de circuitos del respirador a los 7 días Superior a 90%
15 Complicaciones graves durante el decúbito prono en el síndrome de distrés respiratorio del adulto Inferior al 2%
16 Prueba de tolerancia a la ventilación espontánea 55%
17 Descontaminación digestiva selectiva en pacientes de riesgo 80%
18 Límite de presión alveolar (P Plateau) en ventilación mecánica invasiva 10%
19 Límite de presión inspiratoria máxima (P pico) en ventilación mecánica invasiva. 10%
20 Posición semiincorporada en pacientes con ventilación mecánica invasiva 97%
21 Sustitución de nariz artificial (intercambio de calor y humedad) 100%
22 Prevención de la enfermedad tromboembólica 90%
23 Extubación no programada 15 episodios / 1.000 días de intubación
24 Reintubación 12%
25 Instauración precoz de ventilación no invasiva, en la agudización de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica 95%
26 Volumen corriente durante la ventilación mecánica invasiva en lesión aguda pulmonar 95%
Neurointensivismo y Traumatología
27 Trauma potencialmente grave atendido en los Servicios de Medicina Intensiva (SMI) 95%
28 Intubaciones traqueales en el TCE grave con GCS < 9 durante las primeras 24 horas 95%
29 Intervención quirúrgica en el TCE con hematoma epidural (HED) y/o subdural (HSD) 100%
30 Utilización de corticoides en el traumatismo craneoencefálico 0%
31 Incidencia de síndrome distrés respiratorio del adulto (SDRA) en el traumatismo grave 10%
32 Monitorización de la presión intracraneal en el TCE grave con TAC patológica 95%
33 Mortalidad en el traumatismo craneoencefálico grave 50%
34 Osteosíntesis precoz; fracturas diafisiarias del fémur 95%
35 Fijación quirúrgica precoz de las fracturas abiertas 95%
36 Arteriografía cerebral precoz en la hemorragia subaracnoidea 90%
37 Administración de nimodipino en la hemorragia subaracnoidea 100%
38 Polineuropatía en el enfermo crítico Inferior al 50 %
39 TAC inmediata en el ictus isquémico 90%
40 Fibrinólisis intravenosa en el ictus isquémico agudo 100%
41 Uso de los potenciales evocados somatosensoriales en la encefalopatía postanóxica 90%
Enfermedades infecciosas
42 Bacteriemia relacionada con catéter venoso central (CVC) 4 episodios / 1.000 días de CVC
43 Infección del tracto urinario relacionada con sonda uretral 6 episodios/1.000 días de sondaje
44 Neumonía asociada a ventilación mecánica (VM) 18 episodios/1.000 días de VM
45 Manejo precoz de la sepsis/shock séptico 95%
46 Tratamiento antibiótico empírico inadecuado en la infección nosocomial 10%
47 Infecciones por Staphylococcus aureus resistente a meticilina 0,4%
48 Indicación de aislamientos 100%
49 Administración de corticoides en el shock séptico 95%
50 Inicio precoz de antibioterapia en la sepsis grave 100%
Metabolismo y nutrición
51 Complicaciones de la nutrición parenteral total (NPT): hiperglucemia y disfunción hepática Hiperglucemia 25%; disfunción hepática <10%
52 Mantenimiento de niveles apropiados de glucemia 80%
53 Hipoglucemia grave 0,5%
54 Identificación de enfermos en situación de riesgo nutricional 100%
55 Valoración del estado nutricional 100%
56 Nutrición enteral precoz 100%
57 Monitorización de la nutrición enteral 100%
58 Requerimientos calórico-proteicos 80%
59 Profilaxis de la hemorragia gastrointestinal en enfermos con VM invasiva 95%
Nefrológicos
60 Indicación de depuración extracorpórea continua 80-90%
61 Uso de dopamina en el fallo renal agudo 0%
62 Incidencia de fallo renal agudo en enfermos críticos no coronarios 10%
63 Incidencia de fallo renal agudo en enfermos coronarios 5%
64 Prevención de la nefrotoxicidad inducida por contraste en la coronariografía 90%
65 Valoración del fallo renal agudo en enfermos críticos 100%
Sedación y analgesia
66 Monitorización de la sedación 95%
67 Sedación adecuada 85%
68 Interrupción diaria de sedación 80%
69 Manejo de la analgesia en el enfermo no sedado 100%
70 Manejo de la analgesia en el enfermo ventilado 100%
71 Uso inadecuado de la relajación muscular 2%
72 Monitorización del bloqueo neuromuscular 100%
73 Identificación del delirio 90%
Hemoderivados
74 Consentimiento informado en la trasfusión de componentes sanguíneos 95%
75 Trasfusión inadecuada de plasma fresco congelado 0%
76 Trasfusión inadecuada de concentrado de plaquetas 0%
77 Trasfusión inadecuada de concentrado de hematíes 5%
Toxicología
78 Descontaminación digestiva adecuada en intoxicaciones por vía oral 95%
79 Botiquín mínimo de antídotos en el hospital 95%
80 Hemodiálisis precoz en la intoxicación aguda 90%
Trasplantes
81 Donantes reales 60%
82 Valoración de trasplante hepático en la insuficiencia hepática aguda grave 95 %
83 Monitorización de los donantes potenciales de órganos 100%
84 Diagnóstico de muerte encefálica 5-30%
Enfermería
85 Retirada de sonda nasogástrica por obstrucción 4%
86 Aspiraciones bronquiales adecuadas 100%
87 Información de enfermería a los familiares 95%
88 Traslado intrahospitalario asistido 15%
89 Presión del balón de neumotaponamiento 95%
90 Manejo de las alarmas de monitorización 5%
91 Caídas accidentales 0%
92 Cumplimentación de los registros de enfermería en el SMI 100%
93 Errores de medicación en el SMI 5%
94 Cumplimentación del protocolo de lavado de manos 90%
95 Retirada accidental de catéteres vasculares Catéter arterial: 20; CVC: 6
96 Catéter arterial: 20; CVC: 6 100%
Bioética
97 Adecuación de los cuidados al final de la vida 100%
98 Información a los familiares de los enfermos en el SMI 100%
99 Incorporación de las instrucciones previas en la toma de decisiones 100%
100 Cumplimentación del "documento de consentimiento informado" 100%
101 Limitación del esfuerzo terapéutico 100%
102 Uso de medidas de contención 100%
Planificación, organización y gestión
103 Existencia de un equipo de emergencias médicas en el SMI 100%
104 Suspensión de cirugía programada 10%
105 Encuesta de calidad percibida al alta del SMI 80%
106 Alta precoz o inadecuada del SMI 1%
107 Codificación al alta del SMI 100%
108 Retraso al alta del SMI 9%
109 Demora de ingreso en el SMI 5%
110 Razón de mortalidad estandarizada Tasa: 1 (± 0,10)
111 Tasa de necropsias 10%
112 Plan de acogida (PA) al profesional del SMI 100%
113 Presencia de intensivista en el SMI las 24 horas del día 0% (sin intensivista)
114 Registro de efectos adversos 100%
115 Reingresos no programados en el SMI 4%
Intenet
116 Acceso a fuentes médicas relevantes en formato electrónico 100%
Formación continuada, docencia e investigación
117 Existencia de protocolos básicos 100%
118 Actividad de investigación 1 beca/año
119 Publicaciones científicas del SMI 2 publicaciones/año
120 Formación continuada 3 créditos/año

Fuente: (Martín, y otros, 2008).


De los 120 indicadores (Tabla 1) definitivos se eligieron por consenso un total de 20, que fueron considerados como más relevantes o básicos para la especialidad y que la SEMICYUC entiende como de aplicación recomendable en todos los SMI. En función del tipo de indicador, la mayoría se clasificaron como indicadores de proceso (79), seguidos de indicadores de resultado (36), y de estructura (5). Las principales dimensiones de calidad evaluadas en los indicadores fueron: riesgo (54); efectividad (41); adecuación (16); satisfacción (5); eficiencia (2); continuidad asistencial (1), y accesibilidad (1). La mayoría de los indicadores valoran más de una dimensión de la calidad. Así, como ejemplo, el indicador «presencia de un intensivista en el SMI las 24 horas del día» incluiría las dimensiones de adecuación, riesgo y eficiencia (Martín, y otros, 2008).


Elementos de Bioseguridad

Con el objetivo de la contención del riesgo biológico la Seguridad Biológica dispone de los siguientes elementos básicos:


Imagen I. Niveles de seguridad biológica según estándares internacionales

Fuente: (Águila, 2015)

Medidas de bioseguridad para el área de medicina intensiva y emergencias


Las medidas enumeradas anteriormente tienen por objetivo evitar enfermedades trasmisibles por el riesgo de contaminación propiciado por el contacto directo con fluidos de pacientes; no solamente la contaminación e infección del personal sanitario, sino las infecciones cruzadas entre pacientes hospitalizados y a otras personas.

En algunas ocasiones, determinado por la actuación rápida en una emergencia, se realizan intervenciones sin la utilización de medios de protección. Se debe tener presente que siempre será posible cumplir con las medidas de bioseguridad. Es un deber nuestro para evitar daños que en ocasiones son irreparables (Águila, 2015).


Conclusiones

Por lo que se ha podido evidenciar en esta investigación, la medicina critica o intensiva es un área extremadamente delicada, son múltiples los factores que se relacionan ya sean externos o internos que pueden complicar la estancia de un paciente en UCI. Los controles que se deben empelar para evitar, infecciones u otras enfermedades deben ser estrictas y el personal que atiende de primera mano a los pacientes críticos deben estar altamente capacitados para prestar dichas labores.

Lo importante del avance de la medicina, es que ha podido proveer herramientas importantes para clasificar todos los elementos que se pueden presentar a la hora de establecer cuidados de pacientes críticos, hay protocolos contra infecciones, manuales de cómo se deben manejar tanto el personal de enfermería como médicos e incluso familiares de pacientes.

Debe haber un monitoreo constante tanto de los protocolos de seguridad, médicos e higiene dentro de los centros asistenciales y por supuesto dentro de las áreas críticas (UCI, sistemas de Monitoreo Intensivo, Terapia Intensiva) para corregir fallas que se puedan presentar, la final lo que cuenta es proporcionarle al paciente un cuidado de calidad que le permita una recuperación exitosa.




Bibliografía

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