
94 RECIAMUC VOL. 9 Nº 3 (2025)
Introducción
El uso de la lengua materna en la enseñanza
del inglés como segunda lengua es un tema
que ha generado mucho debate y estudio.
Según la literatura más reciente, la lengua
materna puede ser un recurso valioso o, por
el contrario, un obstáculo, dependiendo de
cómo y cuándo se utilice en el aula. Por un
lado, se ha demostrado que su uso estra-
tégico ayuda a entender conceptos com-
plejos, vocabulario nuevo y reglas grama-
ticales, especialmente en niveles iniciales
o en contextos multilingües (Wang, 2024;
Hussein, 2013; Phindane, 2020; Xu, 2018;
Anuradhi et al., 2018; Zhu, 2012). Además,
reduce la ansiedad, aumenta la confianza y
motiva a los estudiantes a participar (Wang,
2024; Hussein, 2013; Diba & Priyadarshini,
2023). También mejora la retención y apli-
cación del vocabulario, al tiempo que ayu-
da a gestionar el aula (Phindane, 2020; Li-
Xin, 2004). Por otro lado, investigaciones
como las de Malekani (2023) y Anuradhi
et al. (2018) indican que un uso controla-
do de la lengua materna puede mejorar el
rendimiento académico, especialmente en
estudiantes que tienen poca exposición al
inglés fuera del aula.
Sin embargo, también hay riesgos y limita-
ciones asociados a su uso. En primer lugar,
un uso excesivo de la lengua materna pue-
de limitar la exposición al inglés, dificultar la
fluidez y desmotivar el uso activo del idio-
ma objetivo (Voicu, 2012; Hussein, 2013;
Phindane, 2020). Además, puede provocar
interferencias lingüísticas, errores de pro-
nunciación y dificultades en la transferencia
de estructuras gramaticales (Voicu, 2012;
Taefi, 2024; Dridi, 2017; Xin-Ya, 2016; Mei-
Lin, 2004). Es importante mencionar que
algunos enfoques metodológicos, como el
Método Directo, proponen la exclusión total
de la lengua materna para fomentar la in-
mersión (Hussein, 2013).
A pesar de las diferencias que puedan sur-
gir, hay un acuerdo en la literatura sobre la
importancia de usar la lengua materna de
MENDIETA SINCHE, P. A.
manera equilibrada y consciente. En otras
palabras, la mayoría de los estudios sugie-
ren que se debe evitar tanto la prohibición
total como el uso excesivo (Amerikanistiky et
al., 2007; Wang, 2024; Hussein, 2013; Phin-
dane, 2020; Xu, 2018; Zhu, 2012; Qiong,
2012). En este contexto, se recomienda
utilizar la lengua materna para aclaracio-
nes específicas, manejo del aula y apoyo
emocional, mientras que se debe priorizar
el uso del inglés en la comunicación gene-
ral (Wang, 2024; Hussein, 2013; Phindane,
2020; Xu, 2018; Anuradhi et al., 2018). Por
ejemplo, en aspectos como la pronuncia-
ción, Taefi (2024) señala que pueden surgir
interferencias, mientras que en el aprendi-
zaje de vocabulario, Dridi (2017) y Li-Xin
(2004) subrayan su utilidad. Finalmente, en
entornos educativos específicos, como la
educación primaria y secundaria, Phindane
(2020) y Anuradhi et al. (2018) destacan su
relevancia como herramienta de apoyo.
En resumen, la evidencia sugiere que la
lengua materna, cuando se utiliza de for-
ma estratégica y moderada, puede ser una
herramienta pedagógica valiosa en la ense-
ñanza del inglés como segunda lengua. Sin
embargo, es crucial evitar su uso excesivo
para no obstaculizar la inmersión y el de-
sarrollo de la competencia comunicativa en
inglés. Por lo tanto, el reto para los docentes
es encontrar el equilibrio adecuado entre
ambos idiomas, adaptándose a las necesi-
dades particulares de sus estudiantes.
El aprendizaje del inglés como segunda
lengua se ha vuelto esencial en el mundo
académico y profesional de hoy, ya que
se considera una herramienta fundamen-
tal para la comunicación global y la movi-
lidad social.. En este contexto, el uso de
la lengua materna ha suscitado un debate
constante: mientras que algunos enfoques
abogan por una inmersión total en inglés,
otros destacan la importancia de la lengua
nativa como un recurso pedagógico que
facilita la comprensión y el desarrollo de
habilidades lingüísticas.