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RECIAMUC VOL. 8 Nº 2 (2024)
fomentan el aprendizaje significativo por
descubrimiento, desarrollan la independen-
cia cognoscitiva de los estudiantes y crean
espacios colaborativos y cooperativos (Es-
pinoza Freire, 2020).
A nivel de la formación de pregrado
existe la investigación formativa y cur-
sos netamente de investigación para
formar investigadores sin embargo la
educación y su equipo docente no
cumple con ello, no toma a las perso-
nas idóneas para desarrollar investiga-
ción y poder garantizar procesos que
nos llevan a mejor formación profesio-
nal insitu, considerando que ello debe
estar articulado con la responsabilidad
social universitaria en un marco de de-
rechos y sabiendo que el mejor apren-
dizaje se da en el lugar donde suceden
los hechos. Según Rojas, Durango y
Rentería (2020), la investigación forma-
tiva surge como una manera de mejorar
los procesos académicos, alineando
docencia e investigación, para fomen-
tar la adquisición de competencias in-
vestigativas, la generación de una cul-
tura de investigación y el aprendizaje
significativo. (Delgado Bardales, 2021)
Sin embargo, estas investigaciones tienen
limitaciones, como su carácter vinculado al
proceso de enseñanza-aprendizaje y la me-
nor rigurosidad científica comparada con
investigaciones formales. A pesar de esto,
las investigaciones formativas son cruciales
para que los estudiantes aprendan a investi-
gar mientras desarrollan habilidades cogniti-
vas, procedimentales y actitudinales, contri-
buyendo significativamente a la solución de
problemas pedagógicos y la renovación de
la práctica educativa (Espinoza Freire, 2020).
La investigación acción se destaca como
una metodología eficaz para asociar proble-
mas de diferentes grupos mediante sus pro-
pias experiencias, logrando la transforma-
ción de las causas subyacentes que afectan
las relaciones sociales. Esta metodología,
orientada hacia el cambio social, requiere
observar y medir resultados a largo plazo,
dado que implica cambios en las conduc-
tas individuales. La integración de sujeto y
objeto en la práctica profesional fortalece el
proceso de transformación, generando nue-
vo conocimiento e innovación. Un principio
clave del paradigma sociocrítico es hacer a
los individuos más conscientes y críticos de
sus capacidades creativas, permitiéndoles
enfrentar sus realidades con conocimiento
y experimentar transformaciones significa-
tivas. Las investigaciones que han adopta-
do este enfoque han logrado innovaciones
exitosas, lo que valida la metodología y su
efectividad en alcanzar objetivos de cambio
(Pérez Van-Leenden, 2019).
La investigación acción ha sido ampliamen-
te utilizada en diversas áreas de las ciencias
sociales, pero ha encontrado un terreno fértil
en el contexto educativo, donde ha evolucio-
nado gracias a los esfuerzos de docentes e
investigadores por comprender y aplicar sus
principios. Esto ha impulsado el desarrollo
profesional de los docentes, quienes han
mejorado su práctica a través de esta meto-
dología, ya sea por necesidades particulares
o por requerimientos del contexto educativo
(Pérez Van-Leenden, 2019).
Las etapas de la investigación acción, aun-
que adaptadas por diferentes autores, si-
guen el ciclo en espiral de retroalimentación
constante, permitiendo ajustes y mejoras
continuas. Los estudios han demostrado
que cuando los investigadores se enfocan
en transformar la práctica docente a partir
de un conocimiento y una reflexión crítica,
los resultados positivos en el proceso de
enseñanza-aprendizaje son evidentes. Esto
confirma que la investigación acción es una
estrategia transformadora efectiva en am-
bos contextos, escolar y universitario, pro-
porcionando respuestas satisfactorias a los
objetivos planteados y mejorando la prác-
tica educativa (Pérez Van-Leenden, 2019).
Los comités de ética en la investigación
(CIEI) desempeñan un papel fundamental
en la educación superior, asegurando la ca-
SÁNCHEZ RIVERA, L. E., CARDENAS PALACIOS, L. E., PALTIN PINDO, M. K., & CONTRERAS PUCO, S. F.