DOI: 10.26820/reciamuc/8.(2).abril.2024.23-31
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/1343
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 23-31
El humanismo en la práctica médica
The humanism in medical practice
O humanismo na prática médica
Horacio Enrique Gaibor Mendoza
1
; Napoleon Marcos Gaibor Mendoza
2
; Katherine Janela Idrovo Castro
3
RECIBIDO: 20/11/2023 ACEPTADO: 15/01/2024 PUBLICADO: 04/04/2024
1. Médico General;Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; admiren.me@hotmail.com; https://
orcid.org/0000-0002-4137-7248
2. Médico General;Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; marcosgaibor@rocketmail.com; ht-
tps://orcid.org/0009-0004-3886-5795
3. Especialista en Medicina Interna; Médica;Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; drakatheri-
ne.idrovoc@gmail.com; https://orcid.org/0009-0001-4355-1967
CORRESPONDENCIA
Horacio Enrique Gaibor Mendoza
admiren.me@hotmail.com
Guayaquil, Ecuador
© RECIAMUC; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
El humanismo en la práctica médica destaca la importancia de reconocer la humanidad tanto en los pacientes como en los
médicos. Implica escuchar activamente, comprender emocionalmente y respetar la autonomía de los pacientes. El huma-
nismo médico busca una atención centrada en el paciente, basada en la empatía, la compasión y el respeto mutuo. Se llevó
a cabo una metodología de revisión bibliográfica, comenzando por la definición clara de los términos clave relacionados
con el tema, como "humanismo" y "práctica médica". Posteriormente, se llevó a cabo una búsqueda exhaustiva en bases
de datos académicas, como PubMed, Web of Science y Scopus. Se extrajeron datos pertinentes de los artículos seleccio-
nados y se sintetizaron para identificar patrones, tendencias y conclusiones relevantes sobre el papel del humanismo en la
atención médica. El humanismo en la práctica médica representa un enfoque que va más allá de simplemente diagnosticar
y tratar enfermedades. Se trata de reconocer la humanidad tanto en el paciente como en el médico, y en esa interacción
surge una relación única y poderosa que trasciende las meras transacciones clínicas. En un mundo donde la tecnología
avanza rápidamente y los avances médicos son constantes, el humanismo actúa como un recordatorio fundamental de que
detrás de cada caso clínico hay una persona con sus propias experiencias, temores, esperanzas y necesidades.
Palabras clave: Humanismo, Médico, Salud, Practica, Ética.
ABSTRACT
The humanism in medical practice highlights the importance of recognizing humanity in both patients and physicians. It
involves actively listening, emotionally understanding, and respecting patients' autonomy. Medical humanism seeks pa-
tient-centered care, based on empathy, compassion, and mutual respect. A literature review methodology was conducted,
beginning with a clear definition of key terms related to the topic, such as "humanism" and "medical practice." Subsequent-
ly, an exhaustive search was carried out in academic databases such as PubMed, Web of Science, and Scopus. Relevant
data were extracted from selected articles and synthesized to identify patterns, trends, and relevant conclusions about the
role of humanism in healthcare. Humanism in medical practice represents an approach that goes beyond simply diagnos-
ing and treating diseases. It is about recognizing humanity in both the patient and the physician, and in that interaction, a
unique and powerful relationship emerges that transcends mere clinical transactions. In a world where technology advanc-
es rapidly and medical breakthroughs are constant, humanism serves as a fundamental reminder that behind every clinical
case is a person with their own experiences, fears, hopes, and needs.
Keywords: Humanism, Physician, Health, Practice, Ethics.
RESUMO
O humanismo na prática médica realça a importância de reconhecer a humanidade tanto nos doentes como nos médi-
cos. Envolve a escuta ativa, a compreensão emocional e o respeito pela autonomia dos doentes. O humanismo médico
procura cuidados centrados no doente, baseados na empatia, na compaixão e no respeito mútuo. Foi efectuada uma me-
todologia de revisão da literatura, começando por uma definição clara dos termos-chave relacionados com o tema, como
"humanismo" e "prática médica". Posteriormente, foi realizada uma pesquisa exaustiva em bases de dados académicas
como PubMed, Web of Science e Scopus. Os dados relevantes foram extraídos dos artigos seleccionados e sintetizados
para identificar padrões, tendências e conclusões relevantes sobre o papel do humanismo nos cuidados de saúde. O
humanismo na prática médica representa uma abordagem que vai além do simples diagnóstico e tratamento de doenças.
Trata-se de reconhecer a humanidade tanto no paciente como no médico e, nessa interação, surge uma relação única e
poderosa que transcende as meras transacções clínicas. Num mundo onde a tecnologia avança rapidamente e as des-
cobertas médicas são constantes, o humanismo serve como um lembrete fundamental de que por detrás de cada caso
clínico está uma pessoa com as suas próprias experiências, medos, esperanças e necessidades.
Palavras-chave: Humanismo, Médico, Saúde, Prática, Ética.
25
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Introducción
El ser humano sano o enfermo, desnudo
ante sí mismo, despojado de toda vacui-
dad, humildemente liberado de toda velei-
dad, como sujeto y destino de nuestra cu-
riosidad científica y responsabilidad como
médicos, es un ser animado que sueña y
que sufre, es una individualidad que gravita
en tiempo y espacio, sometida a las carac-
terísticas propias de su entorno ambiental y
sociocultural, pero igualmente dependiente
de condiciones generales, universalmente
aceptadas como propias de su condición
humana (1).
El humanismo, adecuadamente entendido,
es necesario en todas las actividades hu-
manas, pero resulta indispensable en los
cuidados sanitarios, porque los enfermos
son los más necesitados de cuidados hu-
manos, y porque las actitudes y valores hu-
manos de los profesionales pueden tener
la máxima repercusión sobre los enfermos.
De modo que puede afirmarse que en los
profesionales de la asistencia el cuidado
humano es la actitud más básica. La medi-
cina es una profesión comprometida con la
salud de los individuos y de la comunidad.
El médico no puede ser solo un científico
o un técnico. El médico es, por encima de
todo, un servidor de la persona enferma y
de la comunidad. Y para ello, ser médico o
enfermero es saber ver al ser humano que
existe en el enfermo o en el anciano (2).
El humanismo, dentro del ámbito médico,
nutre y se nutre de principios y normas que
constituyen el dominio de la ética médica.
En los últimos tiempos, la bioética ha ad-
quirido gran interés, quizá como respues-
ta a la preocupación, cada vez mayor, que
ocasionan los cambios debidos al auge de
la medicina institucional y a la creciente
aplicación de innovaciones tecnológicas
en el campo de la salud, situaciones am-
bas que tienden a despersonalizar la prác-
tica médica y que constituyen lo que se ha
dado a denominar la deshumanización de
la medicina (3).
EL HUMANISMO EN LA PRÁCTICA MÉDICA
El término humanismo suele comprender
tres aspectos diferentes, aunque comple-
mentarios. Así, un humanista es un hombre
que define actitudes concretas ante la vida,
resultado de su reflexión y como conse-
cuencia de una filosofía que orienta su exis-
tencia. Si este hombre humanista es médi-
co, estas actitudes que involucran su propia
vida afectarán otras vidas, aquellas que él
tiene que cuidar, y por tanto implicarán una
postura concreta ante la vida humana, la
vida enferma, el sufrimiento, el dolor y la vida
que termina. En segundo lugar, el humanis-
ta tiene como vecina próxima la versión ac-
tiva, altruista y afectiva de esta filosofía de
vida: es el humanitarismo, la capacidad de
conmoverse por el dolor y las limitaciones
de los demás. Finalmente, se necesita una
alimentación que apoye continuamente esta
filosofía de vida y las actitudes concretas
que implica. De ahí el entrelazamiento na-
tural con las humanidades -también ámbito
del humanista- como forma cultural de acer-
carse al conocimiento del hombre, con sus
grandezas y miserias (4).
La Organización Panamericana de la Salud
(OPS) recomendó en el 2010 incluir entre
las competencias básicas que deben cum-
plir los egresados de la carrera de medicina
la capacidad de “establecer relaciones de
respeto y confianza para dialogar y nego-
ciar con los ciudadanos/ comunidad, equi-
pos/comunidades y otros sectores, respe-
tando la diversidad cultural”. Por lo tanto,
la formación en valores humanistas debería
ser uno de los ejes centrales a considerar
en la formación de los médicos, que debe
incluir el conocimiento del hombre pero, so-
bre todo, la capacidad de entender al hom-
bre/prójimo/paciente con sus valores (5).
Metodología
Se llevó a cabo una metodología de revisión
bibliográfica, comenzando por la definición
clara de los términos clave relacionados con
el tema, como "humanismo" y "práctica mé-
dica". Posteriormente, se llevó a cabo una
búsqueda exhaustiva en bases de datos
26
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
académicas, como PubMed, Web of Scien-
ce y Scopus. Se extrajeron datos pertinentes
de los artículos seleccionados y se sintetiza-
ron para identificar patrones, tendencias y
conclusiones relevantes sobre el papel del
humanismo en la atención médica.
Resultados
El humanismo médico
En los últimos años el humanismo en la
Medicina ha ganado una mayor atención:
muchos han llamado a un regreso al hu-
manismo médico como una manera de res-
ponder a la transformación del sistema de
cuidado de la salud. Un número importan-
te de médicos se encuentra alarmado por
lo que está ocurriendo en su práctica dia-
ria encontrándose situaciones tales como
tecnología y falta de autonomía de los pa-
cientes, solo para citar los más frecuentes.
Con respecto a la tecnología, la invasión y
uso indiscriminado de tecnología como he-
rramienta de diagnóstico, dejan de lado un
relacionamiento humano, donde solo existe
una enfermedad y no un enfermo. El mé-
dico moderno depone así, en un segundo
plano, reconocer a una persona sufriente y
se aboca exclusivamente a tratar dolencias
y recetar medicamentos (6).
Otro signo de deshumanización es la falta
de autonomía del enfermo en donde éste
no es protagonista de su destino, no se le
hace partícipe de la toma de decisiones que
ponen en juego lo más valioso que tiene: la
vida. Hacer posible la autonomía incluye as-
pectos como el de decidir quién será su mé-
dico tratante, cuándo desea hospitalizarse u
operarse, el derecho a ser informado de su
diagnóstico, del porqué de su tratamiento y
del pronóstico de su enfermedad (6).
Nadie puede negar el enorme entusiasmo
que despierta en el médico el uso de las
nuevas tecnologías. Poder incursionar en lo
más recóndito del cuerpo humano con los
modernos aparatos de imagenología, cono-
cer las constantes endocrino-metabólicas
y hurgar en los detalles de nuestro geno-
ma con estudios sofisticados de laborato-
rio, representan aportes de la ciencia que
ni siquiera se soñaban hace 50 años. Pero
no debemos olvidar que todos estos formi-
dables avances tienen un solo propósito,
que es diagnosticar y tratar al enfermo con
mayor precisión y eficacia. Sin embargo el
paciente no puede reducirse a cifras y a
imágenes de computadora. Hay que con-
siderar su esfera psíquica y emocional que
opera como un modulador de su proceso
morboso como lo demuestran las investiga-
ciones de la relación psico-neuro-endocri-
na. El enfermo es pues una entidad comple-
ja e inseparable que debe ser atendida en
cuerpo y alma (7).
Un profesional en el área de las ciencias de
la salud debe tener algunas características
humanistas, las cuales define a partir de la
Real Academia Española:
Empatía: identificación mental y afecti-
va de un sujeto con el estado de ánimo
de otro.
Autenticidad: honradez y fidelidad a
sus orígenes y convicciones.
Compasión: conmiseración hacia quie-
nes sufren penalidades o desgracias.
Fidelidad: lealtad, observancia de la fe
que alguien debe a otra persona.
Integridad: rectitud, probidad, conducta
intachable.
Respeto: miramiento, consideración,
deferencia.
Espiritualidad: alta sensibilidad y poco
interés por lo material. Virtud: Integridad
de ánimo y bondad de vida. La ausencia
de estas características en el personal
de salud ha favorecido la deshumani-
zación en la relación médico-paciente,
condición a la que hice alusión en el
apartado precedente (8).
¿Qué debería buscar la cátedra de huma-
nidades en los programas de medicina?
GAIBOR MENDOZA, H. E., GAIBOR MENDOZA, N. M., & IDROVO CASTRO, K. J.
27
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Una orientación profesional-humanista
(el ser), la formación intelectual (el sa-
ber) y el desempeño en el ejercicio mé-
dico (el saber hacer).
Saber Interpretar el proceso de forma-
ción profesional del médico, como fe-
nómeno humano y social, tomando en
consideración las condiciones institucio-
nales en las que realiza el ejercicio y la
enseñanza de la medicina.
Sustentar el ejercicio en los principios del
humanismo, considerando la integridad
Biosíquica del individuo en su interacción
constante con el entorno social (8).
El humanismo celebra la vida
Las leyes sobre aborto, eutanasia o trans-
generismo forman categorías que son
contrarias al humanismo médico porque
destruyen al ser humano en su realidad bio-
lógica y ontológica, lo que confiere daño y
sufrimiento irreversibles. La manipulación
ideológica del saber científico tampoco es
humanista porque el humanismo celebra la
ciencia y respeta la vida (9).
Abordar el humanismo en medicina implica
afrontar las amenazas que deshumanizan
y dividen el mundo de la vida. Nadie tiene
derecho a abrazar errores que profanan la
estructura antropológica y comprometen el
futuro de la humanidad. No le falta razón a
Rémi Brague cuando dice que occidente se
deja serrar la rama del árbol sobre la que
asienta. La educación custodia la memoria
de la civilización para mejorarla, sí, pero no
viola los principios que protegen a la co-
munidad de nuestros diabólicos instintos.
La responsabilidad del médico se dirige a
su paciente, también a cuidar los recursos
que ofrece el sistema para que la atención
sea accesible, justa y segura. Pero am-
bas responsabilidades recaen en otra que
se orienta a una sociedad más humanis-
ta, que necesita personas que trabajen en
los hospitales y centros de ancianos, que
se ocupen de los débiles y los enfermos,
y aprendan a ser compasivos y honestos.
La civilización no se construye a fuerza de
gigantescas bases de datos; necesitamos
todo tipo de habilidades, intelectuales y
afectivas (9).
La medicina y sus objetivos
La medicina solo tiene las siguientes tres
funciones:
Preservar la salud.
Curar, o aliviar, cuando no se puede cu-
rar, y siempre apoyar y acompañar al
paciente.
Evitar las muertes prematuras e innece-
sarias (10).
Cuando alguien pregunta: ¿para qué sirve
la medicina?, podríamos contestarle con la
siguiente frase: “Para que hombres y mu-
jeres vivan jóvenes y sanos toda su vida,
y finalmente mueran sin sufrimientos y con
dignidad, lo más tarde que sea posible”.
Para cumplir con estos objetivos, la medici-
na científica contemporánea cuenta con un
caudal de conocimientos y un arsenal cien-
tífico y tecnológico que nunca antes había
ni poseído, ni soñado en poseer. Pero, a
pesar de todo el progreso y de todas las di-
ferentes transformaciones de la medicina a
lo largo de su historia, la científica, la tecno-
lógica, la social y la económica, su esencia
misma no ha cambiado y, por lo tanto, sus
funciones siguen siendo las mismas (10).
El código ético médico basado en las fun-
ciones de la medicina tendrá que girar al-
rededor de una relación médico-paciente
óptima, porque es con la que mejor pueden
cumplirse los objetivos de la profesión. Por
lo tanto, debe contar, cuando menos, con las
cuatro recomendaciones o reglas siguientes:
Estudio continuo. El médico está obli-
gado éticamente a mantenerse al día
en los conocimientos de su especiali-
dad, para poder ofrecerle a su paciente
el mejor cuidado posible. Esto se logra
cuando el médico sigue siendo un estu-
diante de su profesión a lo largo de toda
EL HUMANISMO EN LA PRÁCTICA MÉDICA
28
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
su vida. No hacerlo interfiere con el esta-
blecimiento de una relación médico-pa-
ciente óptima, lo que a su vez disminuye
las probabilidades de cumplir con los
objetivos de la medicina. El médico que
deja de estudiar no solo se convierte en
un mal médico y en un médico malo, sino
que además es un médico inmoral (10).
Docencia e información. La palabra
“doctor” proviene de la voz latina doce-
re, que significa “enseñar”. El hecho de
que los términos «médico» y “doctor” se
usen como sinónimos, no solo en el idio-
ma castellano sino en muchas otras len-
guas, revela que la relación entre la me-
dicina y la docencia es tan antigua como
íntima Investigación. El médico tiene la
obligación moral de contribuir (o por lo
menos de intentar hacerlo) al universo
de información que nos sirve a todos
los miembros de la profesión para ofre-
cer el mejor servicio posible al pacien-
te. No se trata de abandonar la clínica
o la sala de cirugía por el laboratorio o
el microscopio electrónico, sino de cul-
tivar el espíritu científico en la práctica
de la medicina, que, por otro lado, es lo
que distingue al médico del curandero o
del charlatán. La ciencia se distingue de
otras actividades humanas, como la po-
lítica o la administración de empresas,
en que aprende de sus errores, para lo
que necesita reconocerlos, examinarlos
e intentar explicarlos (10).
Investigación. El médico tiene la obli-
gación moral de contribuir (o por lo me-
nos de intentar hacerlo) al universo de
información que nos sirve a todos los
miembros de la profesión para ofrecer
el mejor servicio posible al paciente.
No se trata de abandonar la clínica o
la sala de cirugía por el laboratorio o el
microscopio electrónico, sino de cultivar
el espíritu científico en la práctica de la
medicina, que, por otro lado, es lo que
distingue al médico del curandero o del
charlatán. La ciencia se distingue de
otras actividades humanas, como la po-
lítica o la administración de empresas,
en que aprende de sus errores, para lo
que necesita reconocerlos, examinarlos
e intentar explicarlos (10).
Manejo integral. El médico debe dis-
tinguir entre la enfermedad y el pade-
cimiento de sus pacientes. La enferme-
dad es la causa de su malestar, pero lo
que lo trae a consulta es su padecimien-
to. Este último está formado por los sín-
tomas y signos del proceso patológico,
más la angustia del sujeto, su preocu-
pación por su futuro inmediato y a lar-
go plazo, sus problemas económicos,
el miedo al dolor y a que lo tengan que
operar, el destino de su familia, y sobre
todo el terror a la muerte. Todo esto es lo
que el paciente padece, y es de lo que
el médico tiene el deber y la obligación
de aliviarlo (10).
Es indudable que el humanismo médico en
nuestro siglo representa un reto que debe
resolverse de acuerdo a nuestra realidad
que es esencialmente diferente a la de
épocas pasadas. El humanismo médico en
estos momentos deberá ser el ejercicio de
una medicina que tenga conciencia de lo
que puede y de lo que no puede o debe
llevar a cabo, de sus perspectivas y de los
límites que busca romper con la incursión
de las técnicas orientadas a revelar, peli-
grosamente, nuestro más íntimo código ge-
nético. Es menester que todo este caudal
de conocimiento se oriente al paciente y no
sólo a la enfermedad en términos molecu-
lares, genómicos o proteómicos. No igno-
rar el significado de la vida humana, y del
sufrimiento tomando en cuenta el contexto
existencial de cada individuo promoviendo
el respeto al sentido de cada vida (7).
La relación del médico con su paciente es
única, también cambiante. Se da en un es-
pacio-tiempo determinado y dentro de de-
terminadas circunstancias psíquicas, am-
bientales y sociales. Este contexto es el que
permite al médico tomar las decisiones más
acertadas en relación a todos estos hechos.
GAIBOR MENDOZA, H. E., GAIBOR MENDOZA, N. M., & IDROVO CASTRO, K. J.
29
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Se debe reconocer en el acto médico la fa-
libilidad y la singularidad de la persona, en
un ideal en que la libertad humana es el va-
lor fundamental a respetar. En este esque-
ma se desarrolla la lucha del médico ante
la enfermedad, con connotaciones no solo
profesionales sino socio-económico-políti-
cas, que han llevado al médico a una acción
de atención directa a un ente orgánico y no
biológico total, como es el paciente (11).
Elementos que ponen en peligro la huma-
nidad de la medicina
La economía consumista según la cual
vale más el que posee más en términos
materiales, perdiéndose paulatinamente
elementos propiamente humanos como
la compasión, empatía, solidaridad, etc.
Medicina cuya eficacia se mide varia-
bles económicas.
El hecho de que la medicina, con sus
grandes laboratorios farmacéuticos,
procedimientos y tecnología diagnósti-
ca, se haya transformado en uno de los
grandes negocios del siglo.
La preponderancia de la ciencia como
forma de conocimiento, que al no tener
acceso a elementos no sensibles, inter-
preta a los hombres como un conjunto
de interacciones moleculares, restándo-
le lo propiamente humano.
Especialización (12).
Características que debiera incluir una
medicina humanista
Lenguaje- Conciencia: Es necesario
establecer una adecuada comunica-
ción con el enfermo, intentando descifrar
como él conciencia su enfermedad. La
experiencia de enfermedad, aún de una
misma enfermedad, es diferente en cada
persona. Algunos la percibirán como algo
catastrófico, otros como un castigo divi-
no, algunos quizás como una salvación.
Esto influirá sin duda en el curso que
tome la enfermedad y nos permitirá tomar
decisiones de una forma más adecuada.
Cultura: Es un atentado contra la esen-
cia del hombre el intentar imponer mi
cultura en forma arbitraria. Cada enfer-
mo tiene su propia cultura (creencia,
religión, convicciones políticas, costum-
bres, etc) que deben ser respetadas en
el acto médico. El médico también es un
agente culturizador y puede influir la del
paciente, siempre que lo haga en forma
respetuosa y este lo acepte.
Libertad: Debemos respetar la humana
libertad de nuestros pacientes. Ellos de-
ben ser quienes finalmente decidan, en
base a sus propias convicciones el cur-
so a seguir. Nosotros podemos sugerir,
educar, mostrar nuestros puntos de vis-
ta, pero no imponer un curso de acción.
Búsqueda de la verdad: El enfermo ne-
cesita conocer cuál es la naturaleza de
su padecimiento, de acuerdo a su “ca-
pacidad de entendimiento”. Es obliga-
ción del médico humanista hacer partí-
cipe al paciente de este conocimiento,
de las alternativas terapéuticas y del ca-
mino a la recuperación.
Solidaridad: El acto médico, como vi-
mos, es un acto solidario en su esencia
y tradición. Debe seguir siendo el deseo
por ayudar a otro que está sufriendo, la
mayor motivación del quehacer médico.
Considerar al enfermo sólo como un fin
de lucro o como un objeto que hay que
“despachar” rápidamente se aleja de
una visión humanista de la medicina.
Proyección hacia el futuro: El enfermo
necesita saber que va a suceder con
él. Incluso gran parte de la dolencia de
enfermedad está provocada por esta in-
certidumbre. Es necesario que el médi-
co disponga de los conocimientos que
permitan con mayor certeza predecir la
evolución de la enfermedad y ejercer
acciones que desvíen ese curso en be-
neficio del paciente.
Ético: Desde la antigua medicina hipo-
crática tenemos preceptos en que ha-
EL HUMANISMO EN LA PRÁCTICA MÉDICA
30
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
cer el bien y evitar el mal es uno de los
pilares fundamentales del acto médico.
El tomar la decisión adecuada requiere,
no sólo de una formación científica, sino
también de una formación filosófica, an-
tropológica y psicológica integral (12).
Conclusión
El humanismo en la práctica médica repre-
senta un enfoque que va más allá de sim-
plemente diagnosticar y tratar enfermeda-
des. Se trata de reconocer la humanidad
tanto en el paciente como en el médico, y
en esa interacción surge una relación única
y poderosa que trasciende las meras tran-
sacciones clínicas. En un mundo donde la
tecnología avanza rápidamente y los avan-
ces médicos son constantes, el humanismo
actúa como un recordatorio fundamental de
que detrás de cada caso clínico hay una
persona con sus propias experiencias, te-
mores, esperanzas y necesidades.
Este enfoque se manifiesta en acciones
concretas en la práctica médica cotidiana.
Por ejemplo, implica tomarse el tiempo ne-
cesario para escuchar activamente al pa-
ciente, comprendiendo no solo los síntomas
físicos, sino también los aspectos emocio-
nales y psicológicos que puedan influir en
su bienestar. Además, implica respetar la
autonomía del paciente, involucrándolo en
el proceso de toma de decisiones sobre su
atención médica y tratando de comprender
sus valores y preferencias individuales.
El humanismo en la práctica médica tam-
bién se refleja en la forma en que los mé-
dicos manejan situaciones difíciles, como
el final de la vida o diagnósticos graves.
Aquí, la empatía, la compasión y la capa-
cidad de acompañar al paciente y a sus
seres queridos en momentos de vulnerabi-
lidad son aspectos cruciales del cuidado
médico humanista.
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GAIBOR MENDOZA, H. E., GAIBOR MENDOZA, N. M., & IDROVO CASTRO, K. J.
31
RECIAMUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
CITAR ESTE ARTICULO:
Gaibor Mendoza, H. E., Gaibor Mendoza, N. M., & Idrovo Castro, K. J. (2024).
El humanismo en la práctica médica. RECIAMUC, 8(2), 23-31. https://doi.
org/10.26820/reciamuc/8.(2).abril.2024.23-31
EL HUMANISMO EN LA PRÁCTICA MÉDICA