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RECIamUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
parálisis de las extremidades inferiores que
experimentaban los pacientes cuando se les
administraban grandes dosis de anestésico
local. A principios de la década de 1960,
la epidural lumbar reemplazó a la analgesia
caudal como técnica preferida. Comparada
con la vía caudal, la analgesia epidural lum-
bar es más cómoda para el paciente y más
fácil de realizar. La técnica requirió menos
anestesia local. Se puede mantener la fun-
ción motora de las extremidades inferiores y
los músculos abdominales. El alcance de la
simpatectomía se puede controlar mejor, lo
que resulta en menos hipotensión materna.
El bloque se puede ampliar y utilizar para
cesárea si es necesario. Durante este perío-
do, la bupivacaína se sintetizó y se convir-
tió en el fármaco de elección en obstetricia
debido a su larga duración de acción y au-
sencia de taquifilaxia. El uso de catéteres
epidurales lumbares en la década de 1970
permitió la administración de alivio del dolor
en las primeras etapas del trabajo de parto,
en lugar de sólo en el momento del parto.
En las décadas de 1970 y 1980 se produ-
jeron varias mejoras en la analgesia epidu-
ral. Las infusiones continuas reemplazaron
a los bolos de los médicos, lo que mejoró
la seguridad y la satisfacción del paciente
(5). Durante este período, las bombas de
infusión epidural se volvieron más compac-
tas y confiables. En 1988, Gambling et al
describieron la “analgesia epidural contro-
lada por la paciente” para controlar el do-
lor durante el trabajo de parto. Esta técnica
permitió a la paciente titular la cantidad de
fármaco necesaria según sus propias ne-
cesidades. Originalmente, la técnica con-
sistía únicamente en bolos iniciados por el
paciente, pero pronto la mayoría de los mé-
dicos incluyeron una infusión continua de
fondo además de las dosis iniciadas por el
paciente. El descubrimiento de receptores
de opioides en la médula espinal condujo
al uso de mezclas de opioides y anestési-
cos locales que redujeron aún más el blo-
queo motor materno y redujeron el riesgo
de toxicidad de los anestésicos locales.
Más recientemente, se ha vuelto popular la
analgesia combinada espinal-epidural. El
componente espinal proporciona una anal-
gesia rápida con muy poco bloqueo motor
de las extremidades inferiores. Luego se
coloca un catéter epidural para garantizar
que haya analgesia disponible durante todo
el proceso de la cesarea.
Metodología
Esta investigación está dirigida al estudio
del tema “Anestesia epidural en cesarea“.
Para realizarlo se usó una metodología des-
criptiva, con un enfoque documental, es
decir, revisar fuentes disponibles en la red,
cuyo contenido sea actual, publicados en
revistas de ciencia, disponibles en Google
Académico, lo más ajustadas al propósito
del escrito, con contenido oportuno y rele-
vante desde el punto de vista científico para
dar respuesta a lo tratado en el presente ar-
tículo y que sirvan de inspiración para rea-
lizar otros proyectos. Las mismas pueden
ser estudiadas al final, en la bibliografía.
Resultados
Objetivos de la terapia
Se ha reconocido que el parto es una de las
experiencias más dolorosas que se cono-
cen. Se han utilizado como tratamiento nu-
merosas estrategias, tanto farmacológicas
como no farmacológicas. Sin embargo, el
parto es una experiencia multidimensional
y al considerar el tratamiento, se debe equi-
librar el alivio del dolor con otros aspectos,
como consideraciones físicas, emociona-
les, psicológicas, sociológicas y, a veces,
religiosas. En otras palabras, el alivio del
dolor puede no ser suficiente para que el
parto sea una experiencia plena y satisfac-
toria. En esta sección consideraremos los
objetivos de la terapia para el proceso de
la cesarea y cómo la analgesia neuroaxial
ayuda a lograr estos objetivos.
Durante las décadas de 1930 y 1940, el blo-
queo regional rara vez se utilizaba para la
analgesia del parto. En cambio, las muje-
ANESTESIA EPIDURAL EN CESÁREA