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RECIAmUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
y presenta una (VM) de 4 -5 horas. Se pue-
de administrar de manera intermitente intra-
venosa (IV) en dosis de 2 a 4 mg cada 1 a 2
horas o en una infusión continua de 2 a 15
mg /h ora(8).
Barbitúricos (Fenobarbital): Se puede
usar subcutáneamente. Es un sedante po-
tente, usado cuando falla la medicación
con benzodiacepinas, especialmente si el
paciente no tiene acceso IV. Eficacia 79%.
Indicado en hipertensión intracraneal y es-
tado epiléptico, pero no para sedación. El
tiempo de efecto puede ser de cinco minu-
tos, aunque una dosis administrada por vía
intravenosa puede no alcanzar el EM duran-
te 30 minutos. Además, se acumulará con
la administración repetida de dosis, y tiene
una VM de hasta 53-120 horas. Lo que difi-
culta su ajuste de acuerdo con la respuesta
clínica, su dosis por vía subcutánea será de
100 mg y por vía intravenosa de 2 mg/ kg
con una administración lenta.
Antes de iniciar la inducción con fenobar-
bital, hay que suspender el tratamiento con
benzodiacepinas y neurolépticos, y reducir
el tratamiento opioide al menos a la mitad
de la dosis. (8).
Anestésicos (Propofol): Indicado específi-
camente para la sedación/anestesia, con
el fin de promover el alivio de la agitación
y la fatiga refractaria. Las dosis requeridas
pueden disminuir un 20-30% en pacientes
ancianos, debilitados o hipovolémicos, el
tiempo de inicio de acción es de 30 segun-
dos, su vida media plasmática es de 30 a 60
minutos. Su protocolo de sedación consis-
tente en una dosis de inducción: 10-40 mg y
si se requiere dosis de rescate: 10 a 20 mg
cada 3 a 5 minutos o bien goteo continuo de
25 a 75 μg/kg por minuto con una dosis de
mantenimiento: 50 a 70 mg/ hora(8).
Otros
La dexmedetomidina se utiliza en el contexto
de cuidados paliativos para lograr analgesia
de forma rápida, ahorrar dosis de opiáceos
delimitando los efectos intolerables de los
mismos a altas dosis y analgesia cuando
otras intervenciones han fracasado. Se ad-
ministra en dosis 1 μg/kg durante 10 minutos
y luego una infusión de 0.2-1 μg/k g/h(8).
Levomepromazina: se utiliza como prime-
ra opción cuando existe delirio refractario
y como segunda opción cuando fracasa la
sedación con midazolam. Puede producir
hipotensión, el inicio de acción es de 30 mi-
nutos con vida media plasmática de 15- 30
horas. Protocolo de sedación (vía endove-
nosa o subcutánea): dosis de inducción en
bolos: 12.5-25 mg, dosis de rescate: 12.5
mg-25 mg, cada hora si fuera necesario,
dosis inicial de la infusión continua (subcu-
tánea o endovenosa): 50-100 mg/24 horas,
dosis máxima parenteral: 300 mg/día.(8).
El progreso en la medicina paliativa, junto
con una mayor difusión y acceso a cuida-
dos de calidad, ha llevado a un aumento en
el número de pacientes atendidos y, como
resultado, a una mayor complejidad en los
síntomas y patologías tratadas. Hoy en día,
existe evidencia suficiente que respalda los
beneficios de la sedación paliativa en tér-
minos de calidad de vida, supervivencia y
manejo de síntomas refractarios en pacien-
tes al final de sus vidas(12)..
La mejora en la capacitación específica de
los profesionales que cuidan a estos pa-
cientes ha facilitado la identificación tem-
prana de síntomas refractarios, siendo los
síntomas físicos los más comúnmente aso-
ciados con la necesidad de sedación pa-
liativa durante la agonía. Sin embargo, la
cuestión del sufrimiento emocional o exis-
tencial refractario como justificación para la
sedación pone de manifiesto la controversia
en este ámbito(12)..
La naturaleza subjetiva e intangible de es-
tos síntomas dificulta el consenso entre los
expertos en términos de terminología, iden-
tificación y, por ende, toma de decisiones.
Factores como la dificultad para definir la
refractariedad del sufrimiento emocional, la
incertidumbre del pronóstico (que no siem-
pre implica una fase final de la vida), o la
DELGADO RENGIFO, A. N., GARCÍA LOOR, G. Y., & SOLÓRZANO BUENAVENTURA, F. J.