DOI: 10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.856-867
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/1329
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 856-867
Síndrome compartimental y de aplastamiento (actuación
prehospitalaria)
Compartment syndrome and crush syndrome (prehospital action)
Síndrome do compartimento e síndrome do esmagamento (cuidados
pré-hospitalares)
Edwin Vinicio Pogo Arteaga
1
; Shahab Sebastian Burbano Valdivieso
2
; Manuel Alejandro
Delgado Montoya
3
; Ericka Johanna Maza Ramírez
4
RECIBIDO: 25/03/2024 ACEPTADO: 05/04/2024 PUBLICADO: 19/04/2024
1. Médico; Médico Residente de Traumatología; Hospital IESS Ibarra; Ibarra, Ecuador; ed_pog_1988@hotmail.com;
https://orcid.org/0009-0008-9366-5728
2. Médico Cirujano; Médico General en Medimaster; Guayaquil, Ecuador; ssburbano@gmail.com; http://orcid.
org/0000-0003-3800-8166
3. Médico General; Médico de Riesgos del Trabajo; Dirección Provincial del IESS de Zamora Chinchipe;Zamora, Ecua-
dor; madm2012@hotmail.com; https://orcid.org/0009-0008-9549-0079
4. Médica; Investigadora Independiente; Piñas; Ecuador; ericka.maza@hotmail.com; https://orcid.org/0009-0004-
7058-3480
CORRESPONDENCIA
Edwin Vinicio Pogo Arteaga
ed_pog_1988@hotmail.com
Ibarra, Ecuador
© RECIAMUC; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
La atención prehospitalaria representa una de las bases fundamentales de los sistemas de emergencias de salud, por medio de los
cuales se brinda asistencia al paciente antes de llegar al hospital. Una de las patologías más asistidas por este personal es el síndrome
compartimental y de aplastamiento, en donde están en la primera línea de manejo de estos pacientes. Esta revisión tiene como propósito
fundamental proporcionar una visión general centrada y actualizada sobre la actuación prehospitalaria en casos de síndrome comparti-
mental y de aplastamiento. El enfoque metodológico de la investigación es una revisión bibliográfico – documental, apoyado por diversas
bases de datos, para la obtención de información relevante en base al tema de estudio. El manejo del síndrome compartimental y de
aplastamiento se puede dividir en dos fases: antes y durante la descompresión; y después de la descompresión. La primera incluye la
atención de tres áreas fundamentales que son la permeabilidad de la vía aérea (ya sea en paciente inconsciente o no), el control de la res-
piración y el control circulatorio. En la segunda fase una de las primeras medidas es la reevaluación inmediata del paciente, además de
documentar el tiempo que estuvo comprimida la extremidad. La reposición de líquidos en esta etapa es fundamental. Luego es necesario
el reconocimiento y control de sangrado inmediato, para seguir con la evaluación del sistema respiratorio y su apoyo adecuado. También
se debe evaluar la circulación y tomar las medidas para estabilizarla con líquidos intravenosos. Entre los últimos pasos se encuentra
realizar un examen secundario, así como la atención a presencia de signos tardíos del síndrome compartimental.
Palabras clave: Síndrome, Compartimental, Aplastamiento, Manejo, Prehospitalario.
ABSTRACT
Prehospital care represents one of the fundamental bases of health emergency systems, through which assistance is provided to the
patient before arriving at the hospital. One of the pathologies most attended to by these personnel is compartment and crush syndrome,
where they are in the first line of management of these patients. The fundamental purpose of this review is to provide a focused and up-
dated overview of prehospital action in cases of compartment and crush syndrome. The methodological approach of the research is a
bibliographic - documentary review, supported by various databases, to obtain relevant information based on the topic of study. Manage-
ment of compartment and crush syndrome can be divided into two phases: before and during decompression; and after decompression.
The first includes attention to three fundamental areas: airway patency (whether in an unconscious patient or not), breathing control, and
circulatory control. In the second phase, one of the first measures is the immediate reassessment of the patient, in addition to documenting
the time the limb was compressed. Fluid replacement at this stage is essential. Then immediate recognition and control of bleeding is
necessary, to continue with the evaluation of the respiratory system and its appropriate support. Circulation should also be evaluated and
steps taken to stabilize it with intravenous fluids. Among the last steps is performing a secondary examination, as well as paying attention
to the presence of late signs of compartment syndrome.
Keywords: Syndrome, Compartment, Crush, Management, Prehospital.
RESUMO
O atendimento pré-hospitalar representa uma das bases fundamentais dos sistemas de emergência sanitária, através do qual se presta
assistência ao paciente antes de chegar ao hospital. Uma das patologias mais atendidas por este pessoal é a síndrome compartimental
e de esmagamento, onde se encontram na primeira linha de tratamento destes doentes. O objetivo fundamental desta revisão é fornecer
uma visão geral focada e actualizada da ação pré-hospitalar nos casos de síndrome de compartimento e esmagamento. A abordagem
metodológica da pesquisa é uma revisão bibliográfica - documental, apoiada em várias bases de dados, para obter informações rele-
vantes com base no tópico de estudo. O tratamento da síndrome compartimental e de esmagamento pode ser dividido em duas fases:
antes e durante a descompressão; e após a descompressão. A primeira inclui a atenção a três áreas fundamentais: permeabilidade das
vias aéreas (quer se trate de um doente inconsciente ou não), controlo da respiração e controlo da circulação. Na segunda fase, uma
das primeiras medidas é a reavaliação imediata do paciente, além de documentar o tempo de compressão do membro. A reposição
de fluidos nesta fase é essencial. De seguida, é necessário o reconhecimento e controlo imediato da hemorragia, para continuar com
a avaliação do sistema respiratório e o seu suporte adequado. A circulação também deve ser avaliada e devem ser tomadas medidas
para estabilizá-la com fluidos intravenosos. Entre os últimos passos está a realização de um exame secundário, bem como a atenção à
presença de sinais tardios de síndrome compartimental.
Palavras-chave: Síndrome Compartimental, Esmagamento, Manejo, Pré-hospitalar.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Introducción
El síndrome compartimental (SC) se define
como una emergencia quirúrgica caracteri-
zada por una elevación de la presión inters-
ticial dentro de un compartimento osteomio-
fascial cerrado por arriba de la presión de
perfusión capilar con compromiso del flujo
sanguíneo en músculo y nervio que con-
diciona daño tisular desencadenando un
proceso isquémico que pone en riesgo la
viabilidad y reversibilidad (1).
Históricamente, una de las primeras des-
cripciones del SC y sus complicaciones
en la literatura fue atribuida a isquemia del
músculo esquelético, hecha por Richard von
Volkmann, cirujano del siglo XIX y conside-
rado uno de los padres de la cirugía ortopé-
dica en el año de 1881, sobre la contractura
isquémica del tejido muscular debido a la
constricción, a menudo por vendajes (2).
Según los fundamentos de Olán et al.,
(2023) una forma de clasificar el SC inclu-
ye: síndrome compartimental agudo que se
presenta con una clínica compatible con
aumento de la presión compartimental inca-
paz de resolverse por sí misma. El síndrome
compartimental subagudo que no cursa con
la clínica característica del síndrome com-
partimental agudo, pero desemboca igual-
mente en las secuelas típicas (contractura
isquémica de Volkmann). Una tercera clasi-
ficación incluye el síndrome compartimental
recurrente o crónico: se da en deportistas
mientras realizan actividad física, con de-
bilidad muscular y dolor donde de forma
intermitente el paciente está asintomático,
sin alteraciones a largo plazo y la presión
intracompartimental en reposo usualmente
se encuentra elevada. Por último, un cuar-
to síndrome llamado síndrome por aplas-
tamiento (crush syndrome), descrito como
una entidad extrema del síndrome agudo,
en el que hay manifestaciones sistémicas
de lesión muscular (1).
El síndrome por aplastamiento se define
como la alteración sistémica consecuencia
de la rabdomiólisis postraumática debido a
POGO ARTEAGA, E. V., BURBANO VALDIVIESO, S. S., DELGADO MONTOYA, M. A., & MAZA RAMÍREZ, E. J.
fuerzas de aplastamiento. Su importancia
radica en que existe ruptura de las células
musculares, lo que libera a la circulación
mioglobina y potasio ocasionando hiper-
kalemia, respuesta inflamatoria grave, pér-
dida de líquidos al tercer espacio, acidosis
metabólica, falla renal aguda y choque (3).
Esta revisión tiene como propósito funda-
mental proporcionar una visión general
centrada y actualizada sobre la actuación
prehospitalaria en casos de síndrome com-
partimental y de aplastamiento.
Materiales y Métodos
El desarrollo del presente trabajo de inves-
tigación se llevó a cabo mediante una me-
todología de revisión documental bibliográ-
fica. Para ello se realizó una búsqueda de
información se utilizaron diversas bases de
datos, entre las que figuran: PubMed, Bi-
blioteca Virtual de la Salud (BVS), SciELO,
Medigraphic, Dialnet, ELSEVIER, Cochrane,
entre otras. Se llevó a cabo una búsqueda
aleatoria y consecutiva, usando las expre-
siones o descriptores siguientes: “síndro-
me compartimental”, “síndrome de aplas-
tamiento y “síndrome compartimental y de
aplastamiento + actuación prehospitalaria”.
Los resultados se filtraron según criterios
de idioma, el cual se consideró el español
y el inglés, relevancia, correlación temática
y fecha de publicación en los últimos ocho
años, con excepción de unos registros de
data anterior, pero con contenido vigente y
relevante para el presente estudio.
El material bibliográfico recolectado con-
sistió en artículos científicos, en general,
guías clínicas, e-books, ensayos clínicos,
consensos, protocolos, tesis de posgrado y
doctorado, noticias científicas, boletines y/o
folletos de instituciones oficiales o privadas
de reconocida trayectoria en el ámbito cien-
tificoacadémico y demás documentos e in-
formaciones, considerados de interés y con
valor de la evidencia científica a criterio del
equipo investigador.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
SÍNDROME COMPARTIMENTAL Y DE APLASTAMIENTO (ACTUACIÓN PREHOSPITALARIA)
Resultados
Generalidades de la atención prehospita-
laria en el síndrome compartimental y de
aplastamiento
La Atención Prehospitalaria (APH) es uno de
los pilares fundamentales de los Sistemas
de Emergencias Médicas que intenta brin-
dar la mejor asistencia, en el menor tiempo
y al menor costo. Para eso requiere compo-
nentes principales como recursos humanos
y recursos físicos. Los recursos humanos
comprenden al personal sanitario (médicos,
paramédicos, enfermeros), a los radios –
operadores o analistas en gestión (selección
y adjudicación de recursos desde el centro
de despacho médico), al personal de apo-
yo, logística y al personal de administración,
gerencia y dirección. La APH, es una acti-
vidad más dentro de los cuidados de la sa-
lud y constituye la extensión de la asistencia
médica de emergencia hacia la comunidad,
desempeñado por un personal capacitado,
con un conjunto de conocimientos, habilida-
des y destrezas necesarias para realizar la
atención de salud, en el lugar del inciden-
te y durante el traslado del paciente, hasta
la llegada al centro hospitalario adecuado
para su condición (4).
Para realizar un adecuado manejo del sín-
drome compartimental y de aplastamiento
es necesario que el personal de atención
prehospitalaria esté preparado para reali-
zar un manejo crítico en la escena. Este es
uno de los escenarios que idealmente debe
contar con médico experimentado en el
área, incluyendo en ese entrenamiento des-
trezas quirúrgicas como la amputación en
escena. La disponibilidad de recursos será
directamente proporcional a la posibilidad
de sobrevida del paciente. Los recursos bá-
sicos que se requieren son:
Equipo de monitoreo electrónico de sig-
nos vitales con visoscopio para electro-
cardiograma de 6 derivaciones.
Ventilador de transporte.
Equipo de manejo avanzado de vía aérea.
Equipo de pequeña cirugía. (empleado
sólo por médicos con entrenamiento).
Equipo de asepsia y antisepsia.
Medicación de reanimación avanzada.
Analgésicos (ver guía analgesia y seda-
ción)
Sedantes (ver guía de analgesia y seda-
ción)
Kayexalate.
Manitol.
Furosemida.
Beta 2 inhalados.
Dextrosa al 10%.
Insulina cristalina.
Coloides y cristaloides (5).
En principio, es importante determinar el
tipo de accidente, el tiempo que lleva atra-
pada la víctima y la aparición de signos y
síntomas, los cuales van a orientar sobre la
fase en que se encuentra el paciente, sin
embargo, la prueba más significativa sería
la medición de la presión intracompartimen-
tal con Manómetro de mano, Manómetro
de aguja simple y la Técnica con Catéter
(“wick” o “slit catéter technique”) (ver Figura
1), que consiste en inyectar solución fisio-
lógica al compartimento cerrado y medir la
resistencia que la zona presenta a la intro-
ducción de esa solución, obteniendo como
resultado una cifra de presión. Los niveles
normales de presión intracompartimental
puede oscilar entre los 0-8 mmHg. En el
caso del SCA puede alcanzar una eleva-
ción por encima de 30-35 mmHg. Sabiendo
que a los 20 mmHg se compromete el flu-
jo capilar, que entre los 20 y los 30 mmHg
se desarrolla dolor y que a partir de los 30
mmHg se instaura la isquemia (6).
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Figura 1. Instrumento para medir la presión intracompartimental
Fuente: Recuperado de “Síndrome compartimental y de aplastamiento. Actuación Pre-
hospitalaria” por Corredero et al., (2022) (6).
El síndrome de aplastamiento está asocia-
do con la rabdomiólisis (ver Figura 2) y ésta
puede originar insuficiencia renal. Es impor-
tante considerar este aspecto para actuar
en consecuencia. Cada paciente es dife-
rente, y el tratamiento se debe individualizar
al máximo posible para conseguir un resul-
tado mejor (7).
Figura 2. Simplificación de los mecanismos celulares implicados en la rabdomiólisis
Fuente: Recuperado de “Rabdomiólisis, el enemigo número 1 de los pacientes atrapa-
dos. Bases para su abordaje en el rescate” por López, (2021) (8).
POGO ARTEAGA, E. V., BURBANO VALDIVIESO, S. S., DELGADO MONTOYA, M. A., & MAZA RAMÍREZ, E. J.
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Si el aplastamiento se ha provocado hace
más de cuatro horas, es vital administrar lí-
quidos por vía intravenosa antes de retirar
el objeto que está provocando el aplasta-
miento del paciente. Por otra parte, si el
aplastamiento ha sido hace menos de una
hora, es considerable realizar un torniquete
en la extremidad afectada mientras se reali-
za la hidratación intravenosa (i.v.) (7).
La piedra angular del tratamiento del síndro-
me por aplastamiento es sin lugar a duda la
terapia agresiva de fluidos y la alcalinización
de la orina para prevenir los desequilibrios
electrolíticos y la aparición de la insuficien-
cia renal aguda, primera causa de muerte
tardía de estos pacientes. Algunos estudios
afirman que la resucitación temprana con
fluidos disminuye considerablemente los
pacientes con síndrome por aplastamiento
que necesitan diálisis. Sever et al. (2001)
citado por López, (2021) propusieron un
esquema de tratamiento referente a la ad-
ministración de fluidos en el síndrome por
aplastamiento en situaciones de desastres,
sin embargo, debido a la aparición cada
vez más frecuente de equipamiento para
accesos intraóseos y su uso por parte del
personal de atención médica prehospitala-
ria, en el presente trabajo se modificó este
esquema para incluirlos (ver Figura 3) (8).
Figura 3. Protocolo general de resucitación con fluidos en el síndrome por aplastamiento
en las diferentes etapas antes, durante y después de la extracción
Fuente: Recuperado de “Rabdomiólisis, el enemigo número 1 de los pacientes atrapa-
dos. Bases para su abordaje en el rescate” por López, (2021) (8).
SÍNDROME COMPARTIMENTAL Y DE APLASTAMIENTO (ACTUACIÓN PREHOSPITALARIA)
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
La terapia prehospitalaria que se le aplica a
una víctima de un síndrome compartimen-
tal y de aplastamiento, se puede dividir en
dos fases. La primera, antes y durante la
descompresión; y la segunda, una vez la
víctima haya sido liberada de la presión.
Aunque en cada una de ellas se describen
una serie de técnicas y procedimientos dis-
tintos, no son fases independientes, es de-
cir, los procedimientos no son únicos para
cada fase (6).
Actuación prehospitalaria antes y duran-
te la descompresión
En esta etapa es fundamental una estrecha
colaboración entre los profesionales de la
salud y los equipos de rescate. Algunas ac-
ciones antes y durante la descompresión
son las siguientes:
Se debe asegurar la permeabilidad de
las vías respiratorias.
Administrar oxígeno mediante mascari-
lla, si no es posible, con intubación oreo-
traqueal (IOT).
Si existe la posibilidad, utilizar mascari-
llas anti-polvo.
Poner catéter grueso o catéter intraóseo
con tal de prevenir, o tratar, la insuficien-
cia renal y el shock.
Utilizar coloides, pues los cristaloides
agravan la acidosis metabólica.
En caso de acidosis metabólica, utilizar
bicarbonato.
Si el paciente se encuentra agitado o
presenta dolor, sedarlo y administrar
analgésicos.
Descompresión de manera progresiva:
Si existe riesgo vital se debe realizar un
torniquete y administrar hipotermia loca-
lizada mediante bolsas de hielo. En al-
gunas ocasiones hay que proceder a la
amputación (9).
Por su parte, Cordero et al, (2022) divide la
atención antes y durante la descompresión
en tres aspectos fundamentales: la permea-
bilidad de la vía aérea (en caso de que el
paciente esté inconsciente o no), el control
de la respiración y el control circulatorio.
Permeabilidad de vía aérea con paciente
inconsciente:
Apertura de la vía aérea evitando el movi-
miento de la columna mediante la eleva-
ción mandibular sin extensión del cuello,
o mediante la triple maniobra modificada.
Inspeccionar la boca en busca de cuer-
pos extraños eliminándolas con pinzas
de Magyll o aspiración orofaríngea.
Colocación del collarín cervical.
Colocar cánula orofaríngea adecuada al
paciente inconsciente. Si el problema no
se resuelve, proceder a la intubación oro-
traqueal. Si no se consigue intubar tras 3
intentos, colocar mascarilla laríngea.
Pulsioxímetro y capnómetro.
Si el paciente está consciente:
La vía aérea se encontrará permeable y
lo único que se debe proporcionar es O2,
con alto flujo y colocar pulsioxímetro.
Para el control de la respiración es impor-
tante:
Exponer el tórax del paciente, para vi-
sualizar los movimientos de los dos he-
mitórax (simetría, profundidad y frecuen-
cia, movilidad del diafragma y trabajo
respiratorio).
Explorar el cuello y el tórax en busca de
deformidades, heridas soplantes, des-
plazamientos de la tráquea, ingurgita-
ción de las venas yugulares…
Auscultar el tórax en busca de ruidos
sospechosos.
Si el paciente tiene dificultad respiratoria
con frecuencia respiratoria elevada (> 30
POGO ARTEAGA, E. V., BURBANO VALDIVIESO, S. S., DELGADO MONTOYA, M. A., & MAZA RAMÍREZ, E. J.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
rpm) o disminuida (< 9 rpm) y trabajo res-
piratorio o incoordinación toraco- abdomi-
nal, se debe realizar intubación endotra-
queal y ventilación con presión positiva.
Diagnosticar lo antes posible la existen-
cia de neumotórax a tensión o hemoneu-
motórax o traumatismo torácico abierto.
(En caso de que el paciente estuviera
enterrado, no se podrán realizar este
tipo de actividades hasta que se haya
completado la extricación).
Administrar Oxígeno.
El control circulatorio implica:
Canalizar una vía venosa periférica con
un catéter grueso y en el caso de no po-
der canalizarla, intentarlo mediante un
catéter intraóseo. De suma importancia
es que la descompresión sea progresi-
va para evitar el paso de los catabolitos
nefrotóxicos a la circulación general. Se
puede recomendar el uso de tornique-
tes, la hipotermia local y en ciertas oca-
siones, se podría valorar incluso la am-
putación (aunque en extrahospitalaria
es algo bastante inusual) (6).
En esta etapa, antes de que se produzca
la descompresión y durante ella, la reani-
mación con líquidos es fundamental. Con
base en los fundamentos de Abu Zidan et
al., (2023) la insuficiencia renal es la com-
plicación más grave del síndrome de aplas-
tamiento. En consecuencia, el personal mé-
dico debe establecer una vía intravenosa/
intraósea adecuada, preferiblemente poro
grande en cualquier extremidad, para ini-
ciar la reanimación con líquidos. Antes de
liberar la extremidad aplastada, es esencial
una hidratación intravenosa adecuada con
infusión de solución salina isotónica a una
velocidad de 1 a 1,5 L/h en adultos y de 10
a 20 ml/kg/h en niños. Líquidos que con-
tienen potasio, como el lactato de Ringer,
deben evitarse debido al riesgo de hiper-
potasemia en estos pacientes. Además, el
personal de respuesta médica debe tener
cuidado con el volumen de líquido durante
la reanimación. Esto dependerá de la edad
de la víctima, comorbilidades, índice de
masa corporal, patrón de lesiones y tiempo
de permanencia bajo los escombros. La in-
fusión en bolo de solución salina isotónica
puede ser perjudicial para las víctimas que
permanecieron durante mucho tiempo bajo
los escombros y se volvieron oligúricas (10).
En la actuación prehospitalaria para el tra-
tamiento de pacientes con causalidad ma-
siva es útil el uso de la ecografía en el pun-
to de atención (POCUS). Esta técnica de
imágenes puede definir el tipo de shock y
controlar la necesidad de líquidos midiendo
el diámetro de la vena cava inferior. El uso
de un analizador de sangre portátil puede
ser útil para abordar el ácido-base inicial. y
anomalías electrolíticas de las víctimas (11).
Después de la descompresión
Los pacientes lesionados atrapados de-
ben ser reevaluados inmediatamente des-
pués de la extracción. Se debe documentar
el tiempo transcurrido bajo los escombros
hasta la extracción. El retraso en la extrac-
ción de extremidades aplastadas aumenta
significativamente el riesgo de amputación
de extremidades (12).
El sangrado es la principal causa de muer-
te prematura en los pacientes aplastados.
En este sentido, el sangrado masivo debe
reconocerse y detenerse inmediatamente.
Se debe utilizar un torniquete sólo para he-
morragias potencialmente mortales cuando
la presión directa o las medidas hemostáti-
cas fallan. Los torniquetes se deben retirar
lo antes posible para reducir sus efectos
isquémicos. Después de esto, se deben
establecer y mantener las vías respiratorias
mientras se protege la columna cervical
porque las lesiones de la médula espinal
ocurren en alrededor del 4 % de las fractu-
ras de columna (13).
Posteriormente, se evalúa y apoya el sistema
respiratorio. Se recomienda la aplicación in-
mediata de la descompresión del neumotó-
rax a tensión y un vendaje oclusivo diseñado
SÍNDROME COMPARTIMENTAL Y DE APLASTAMIENTO (ACTUACIÓN PREHOSPITALARIA)
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
adecuadamente para el neumotórax abierto.
Algunas víctimas pueden necesitar analgé-
sicos cuando las costillas rotas afectan su
función respiratoria. Se debe considerar el
suministro de oxígeno dependiendo de otras
preocupaciones de seguridad (14).
A continuación, es necesario evaluar la cir-
culación y medidas para estabilizarla con
líquidos intravenosos o incluso reanimación
cardiopulmonar si es necesario. Se debe uti-
lizar la estabilización pélvica con cinturones
pélvicos o sábanas cuando clínicamente
se sospeche que es la causa del shock. El
próximo objetivo es prevenir la hipotermia,
especialmente en un ambiente frío y auste-
ro. Las partes del cuerpo deben exponerse
sólo si es necesario. Se debe cubrir a los
pacientes con material de protección térmi-
ca adecuado lo antes posible. Las compre-
sas calientes son el método más eficaz para
prevenir y tratar la hipotermia (15).
Por último, se recomienda realizar un exa-
men secundario incluso si no hay lesiones
externas aparentes para diagnosticar y
tratar cualquier lesión que no se haya de-
tectado durante el examen primario con un
seguimiento planificado adecuado. Esté
atento a los signos tardíos del síndrome de
aplastamiento, como disminución de la pro-
ducción de orina, orina oscura y signos y
síntomas de uremia (14).
En caso de aplastamiento de extremidades,
Ranera, (2019) recomienda tomar en cuen-
ta los siguientes aspectos:
Inmovilizar al paciente en la menor bre-
vedad posible.
Si se le realizó un torniquete y las lesiones
no son graves y el shock ha mejorado, se
puede retirar el torniquete lentamente.
Administrar oxigenoterapia e iniciar sue-
roterapia por una segunda vía para ate-
nuar la hipotensión, evadir la insuficien-
cia renal aguda y mejorar la excreción
de metabolitos tóxicos hasta alcanzar
una diuresis de 300 ml/h.
Controlar, mediante monitorización, la
presión arterial (PA), temperatura (para
evitar temperaturas extremas) y electro-
cardiogramas (ECG). Dar apoyo psico-
lógico a los pacientes.
Es importante colocar la sonda vesical
para controlar la diuresis de una manera
estricta y saber con certeza el volumen,
ya que si es menor de 75-100 ml/h, será
necesario aumentar la fluidoterapia y se
deberá administrar manitol si ésta fracasa.
La analgesia será tratada mediante mór-
ficos. Si existe un nivel bajo de conscien-
cia se hará necesaria la implementación
de sonda nasogástrica.
En el caso de que el paciente presente
heridas abiertas, éstas deberán ser tra-
tadas mediante toxoides antitetánicos y
con antibióticos.
Durante las dos primeras horas, es re-
comendable utilizar la infusión de suero
salino al 0,9% a un ritmo de 1000 ml/h;
pasadas estas dos horas, bajaremos el
ritmo a 500 ml/h. Es importante persona-
lizar el tratamiento según las caracterís-
ticas del paciente, tales como la edad, el
ritmo de diuresis, el peso y las pérdidas
insensibles.
Está contraindicado utilizar soluciones in-
travenosas ricas en potasio (como el Rin-
ger Lactato), ya que la hiperpotasemia es
común en las víctimas de aplastamiento.
Es recomendable durante el traslado
hasta el hospital, administrar al paciente,
por vía oral, resinas de intercambio ióni-
cos, tales como el poliestireno de sulfato
sódico (se recomienda su uso por enci-
ma del cálcico para evitar la sobrecarga
de calcio), combinadas con sorbitol.
Cuando completamos la extricación y
tenemos controlado el ritmo de diuresis,
podemos modificar el aporte de fluidos
tratando de alcanzar una diuresis alca-
lina, para conseguir un pH que sea su-
perior a 6,5 (lo ideal es mantenerlo entre
POGO ARTEAGA, E. V., BURBANO VALDIVIESO, S. S., DELGADO MONTOYA, M. A., & MAZA RAMÍREZ, E. J.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
6,5 y 7, 5), y así prevenir el riesgo de que
el pigmento hemo precipite. Para conse-
guir la alcalinidad de la diuresis, pode-
mos aportar de manera alterna 1000 ml
de suero salino fisiológico (SSF) al 0,9%
y 1000 ml de SSF al 0,45% donde se
añaden 50 mEq de bicarbonato sódico.
Si presenta síntomas de hipocalcemia o
el bicarbonato en suero es superior a 31
mEq/l, será necesario suspender el pro-
ceso de alcalinización.
Según las características del paciente, su
estado de repleción de volumen, la diure-
sis y las posibilidades de monitorización
de la presión venosa central (PVC), apli-
caremos un ritmo de infusión u otro, sien-
do por lo general, de 500 ml/h durante las
primeras veinticuatro horas, ajustándolo
después con tal de mantener un compro-
miso urinario de entre 200 y 300 ml/h.
Es importante lograr siempre un balance
positivo de los pacientes con Síndrome
de Aplastamiento, porque la mayoría del
líquido que les administramos lo acumu-
lan en el tercer espacio. Por ello, si no
se puede monitorizar al paciente de for-
ma continuada, es preferible administrar
como máximo 6000 ml de fluido diario.
Por otra parte, si podemos monitorizarlo
de manera continuada, podemos evitar
el tratamiento dialítico al administrar más
de 20000 ml fluidos diarios.
Si la diuresis del paciente supera los
20 ml/h, podemos añadir 50 ml de ma-
nitol al 20% por cada litro de fluidotera-
pia (1-2 g/kg/día de manitol), para tratar
de alcanzar una diuresis de 200 a 300
ml/h. Si no logramos cumplir este objeti-
vo, suspenderemos la administración de
manitol, ya que como está indicado para
otras formas de daño renal agudo, los
diuréticos de asa no mejoran el pronósti-
co ni tienen indicación.
Durante lo que dure el tratamiento, es ne-
cesario determinar el valor en plasma de
calcio y potasio cada aproximadamente
6-8 h hasta que se mantengan estables;
debiendo aportarse calcio, sólo cuando
se presenten síntomas de hipocalcemia
o hiperpotasemia severa, ya que en la
fase de recuperación renal aparece hi-
percalcemia.
Este aporte de fluidos comentario an-
teriormente, debe ser mantenido hasta
que se resuelva el problema de la mio-
globinuria, tanto a nivel clínico como a
nivel bioquímico, y esto suele suceder
tras algunos días de tratamiento.
Una vez determinado el fallo renal, las
indicaciones de tratamiento dialítico son
las acostumbradas (sobrecarga de vo-
lumen, acidemia severa, oligoanuria, hi-
perpotasemia y uremia) (7).
Amputación prehospitalaria
En principio no se debe hacer amputación
de miembros en la escena, ya que esto
puede traer implicaciones legales para los
médicos, aunque parezca clínicamente
adecuado. Las indicaciones de amputación
básicamente están dadas por la imposibili-
dad de remoción de estructuras y situacio-
nes de riesgo para el personal de rescate y
para evitar tiempos prolongados en la esce-
na. Sólo debe realizarse por parte de per-
sonal médico especializado y entrenado.
Debe tenerse en cuenta que la amputación
puede presentar complicaciones como pér-
dida definitiva de la funcionalidad del miem-
bro, dolor severo por analgesia inapropia-
da, hemorragia incontrolable e infección y
sepsis tardía (5).
Conclusión
La atención pre hospitalaria desempeña un
papel fundamental en el manejo del síndro-
me compartimental y de aplastamiento, don-
de se brinda la atención médica inmediata
y necesaria ante una situación de emergen-
cia antes de llegar a un centro hospitalario.
En el manejo básico del síndrome comparti-
mental y de aplastamiento, establecer una vía
intravenosa/intraósea adecuada, para iniciar
la reanimación con líquidos es fundamental.
SÍNDROME COMPARTIMENTAL Y DE APLASTAMIENTO (ACTUACIÓN PREHOSPITALARIA)
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Este manejo, para una mejor comprensión,
se puede dividir en dos fases, como lo son:
antes y durante la descompresión; y des-
pués de la descompresión. A pesar de que
en la literatura revisada se describen una se-
rie de técnicas y procedimientos específicos
para cada una de ellas, no son independien-
tes entre sí ni únicos para cada etapa.
La atención antes y durante la descompre-
sión incluye la atención de tres áreas fun-
damentales que son la permeabilidad de la
vía aérea (ya sea en paciente inconsciente
o no), el control de la respiración y el con-
trol circulatorio.
En la fase después de la descompresión
está indicado la reevaluación inmediata del
paciente, además de documentar el tiem-
po que estuvo comprimida la extremidad.
Asimismo, el reconocimiento y control de
sangrado inmediato. Posteriormente, se re-
comienda evaluar el sistema respiratorio y
prestar el apoyo adecuado. Asimismo, se
debe evaluar la circulación y tomar las me-
didas para estabilizarla con líquidos intrave-
nosos. Entre los últimos pasos se encuentra
realizar un examen secundario con la finali-
dad de detectar tratar cualquier lesión que
no se haya detectado durante el examen pri-
mario, así como la atención a presencia de
signos tardíos del síndrome compartimen-
tal, como la disminución de la producción
de orina, orina oscura y signos y síntomas
de uremia. Es necesario el conocimiento de
esta patología y su abordaje para poder lle-
var a cabo una buena actuación prehospi-
talaria y mejorar el pronóstico del paciente.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Pogo Arteaga, E. V., Burbano Valdivieso, S. S., Delgado Montoya, M. A.,
& Maza Ramírez, E. J. (2024). Síndrome compartimental y de aplasta-
miento (actuación prehospitalaria). RECIAMUC, 8(1), 856-867. https://doi.
org/10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.856-867
SÍNDROME COMPARTIMENTAL Y DE APLASTAMIENTO (ACTUACIÓN PREHOSPITALARIA)