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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
borbónicas, la economía y la sociedad de
Quito, liderando los planes de emancipa-
ción. Muchas de estas mujeres eran espo-
sas, amantes, hermanas y parientes de los
líderes independentistas. Contribuyeron de
manera significativa a la causa, estando
presentes tanto como sus parientes mascu-
linos. Algunas incluso estuvieron en la pri-
mera línea del ejército durante la Guerra de
Independencia, siendo reconocidas por su
heroísmo y valentía.
Salazar y Sevilla, (2009) expresan que “La
seducción, la solidaridad, el apelar a la con-
dición de mujer necesitada de protección,
son armas o estrategias que, […], desplega-
ron las mujeres de todos los estratos socia-
les. […] Mujeres que desafiaron la autoridad”
(p.98), se puede evidenciar que jugaron un
papel importante en la victoria independen-
tista, féminas que fueron conocidas como
Soldaderas, Juanas, Las Rabonas, Volun-
tarias, pero el nombre más común usado
fue Guarichas, Londoño, (2010) argumenta,
“Ellas sufrieron las mismas vicisitudes que
los soldados. Debían caminar durante lar-
gas jornadas, conseguir agua y leña, coci-
nar, lavar la ropa, coser y remendar, limpiar
fusiles y cargar pertrechos, hacer guardia y
ayudar a la vigilancia” (p.248.). Para ellas, lo
esencial era ser parte de la lucha, apoyar y
acompañar a su pareja, su compañero en
compromisos revolucionarios.
Londoño, (2009) dice “Hubo mujeres que
rompieron con los roles femeninos tradicio-
nales y se dedicaron a actividades políticas
y militares propiamente dichas” (p.110).
Como es el caso de Manuela Sáenz, quien
junto a Simón Bolívar combatió por la inde-
pendencia del Perú.
Londoño (2009) “Mujeres originarias del
pueblo, que decidieron incorporarse a los
ejércitos patriotas disfrazadas de varones o
que participaron con su identidad de muje-
res, consiguiendo la aceptación de los ba-
rones, dueños tradicionalmente del ámbito
de guerra” (p. 110). Como las llamadas “tres
Manuelas” Manuela Sáenz, Manuela Espe-
jo y Manuela Cañizares; a Nicolasa Jurado,
Inés Jiménez y Gertrudis Esparza, mujeres
que optaron por disfrazarse de hombres
para poder participar en la guerra, cuando
fueron descubiertas, en lugar de enfrentar
castigos, fueron condecoradas y ascendi-
das como recompensa por su valiosa labor
y apoyo brindado durante el conflicto.
Es importante resaltar la destacada partici-
pación de Rosa Zárate, quien, a pesar de
enfrentar amenazas de muerte por parte de
Montes, quien la acusaba de haber asesi-
nado personalmente al conde Ruiz de Cas-
tilla, decidió huir y formar el primer batallón
de selva con esclavos negros. Su valentía y
liderazgo fueron fundamentales en la lucha
por la independencia.
En la Audiencia de Quito se dio gran parti-
cipación popular de las mujeres de estratos
mestizos como lo son, como lo da a conocer
Jiménez (2015), “Manuela de Santa Cruz
y Espejo, Josefa Tinajero Checa, Manuela
Cañizares y Álvarez, Rosa Zarate y Onta-
neda, Mariana Matheu de Ascasubi, Rosa
Montufar y Larrea, María de la Vega y Nates,
Tomasa Mideros, Manuela Quiroga y Coello
y María Ontaneda y Larrain”, se encontraron
mujeres ilustradas que tuvieron el rol impor-
tante en el Primer Grito de la Independencia
del 10 de Agosto de 1809.
Es crucial destacar el papel que desempe-
ñaron las mujeres el 02 de agosto de 1810.
Aunque la historia suele pasar por alto la
contribución de las mujeres, se registra el
nombre de María de la Vega, esposa de
Juan Salinas, quien fue arrastrada hasta la
Plaza Grande y ahorcada en medio de los
aterrados gritos de la multitud. Su sacrificio
y valentía son un recordatorio poderoso del
papel fundamental que las mujeres jugaron
en la lucha por la independencia, a menu-
do pagando un precio muy alto por su par-
ticipación. Moscoso (2009), argumenta que
“En la segunda campaña de independen-
cia se dio entre 1820 y 1828 donde hubo
muchas mujeres criollas que apoyaron de
varios modos a la lucha de sus esposos,
EL CARÁCTER REBELDE DE LAS MUJERES DE LA INDEPENDENCIA DE LA REAL AUDIENCIA DE QUITO