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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
En la actualidad se encuentran disponibles
numerosas técnicas para la fijación de las
lesiones de Bankart, sin embargo, la mayo-
ría implica el uso de anclajes de sutura para
reparar el tejido del labrum hasta la cavidad
glenoidea. Igualmente, es importante des-
tacar que si bien el rendimiento bajo carga
cíclica es clínicamente importante cuando
se consideran las tareas diarias, la carga
máxima hasta el fallo puede ser importante
a considerar cuando se realizan reparacio-
nes en atletas de contacto. Asimismo, si im-
portar si se practicó una fijación sin nudos
versus los nudos atados, los estudios bio-
mecánicos han demostrado que los modos
y tasas de falla son equivalentes. Indepen-
dientemente de la construcción, es impor-
tante considerar la cantidad de anclajes de
sutura al realizar la reparación Bankart (11).
Cuando se repara el complejo capsulola-
bral de la glenoides, muchos autores abo-
gan por la reparación en una sola hilera del
labrum de 1 a 2 mm sobre la superficie ar-
ticular, o en el borde articular, después de
la liberación y movilización completa des-
de el cuello glenoideo. Por otra parte, otros
autores sostienen que la reparación de la
superficie articular no facilita la curación y
altera la anatomía nativa del complejo cap-
sulolabral y, en cambio, apoya la reparación
en doble hilera (12).
Algunos autores recomiendan la reparación
en doble hilera en caso de inestabilidad re-
currente, para una luxación por primera vez
con alto riesgo de recurrencia, en hombres
menores de 25 años, pacientes que han te-
nido más de tres luxaciones que requieren
reducción o atletas de contacto (13).
Una de las técnicas preferidas de los autores
es la reparación de una sola fila realizada en
posición de silla de playa. Ya se mencionó
anteriormente la posición de “silla de pla-
ya” la cual permite una fácil orientación tan-
to para el equipo quirúrgico como para los
alumnos, asimismo permite mayor facilidad
de tratamiento de alguna patología concomi-
tante del hombro, facilidad de conversión a
cirugía abierta como el procedimiento Latar-
jet o la reparación de la avulsión humeral del
ligamento glenohumeral (HAGL) y la capa-
cidad mejorada para evaluar la articulación
glenohumeral a través de un rango de movi-
miento completo (rango de movimiento). Se
introduce un pasador de sutura, típicamente
con un ángulo de 45 o 90° hacia el lado ipsi-
lateral, a través del portal anterior inferior y se
utiliza para transportar la sutura a través del
tejido capsulolabral avulsionado, teniendo
cuidado de capturar además al menos 1 cm
de tejido capsular al labrum. El portal ante-
rosuperior permite el uso de instrumentación
como una pinza artroscópica para reducir el
tejido del labrum, así como para la recupe-
ración de la sutura. Los anclajes se colocan
de inferior a superior en el borde glenoideo,
lo que permite la reducción de la lesión de
Bankart, pasando la primera sutura lo más
inferior posible aproximadamente en la posi-
ción 5:30 o 6:30. Si la visualización es difícil,
se puede insertar el endoscopio de 30° en
el portal anterolateral o, alternativamente, se
puede utilizar un endoscopio de 70° en el
portal de visualización posterior para mejo-
rar la visualización para la reparación (11).
Como se mencionó anteriormente, la es-
tabilización artroscópica de la lesión de
Bankart es una técnica ampliamente utili-
zada en la inestabilidad glenohumeral ante-
rior con una tasa de recurrencia que puede
variar, según la literatura, entre el cero y el
35%. García et al., en un estudio evaluaron
los resultados a medio-largo plazo de la
estabilización artroscópica de la lesión de
Bankart, por medio de diferentes variables
como los datos epidemiológicos, la recidiva
de la luxación (subluxación o luxación), la
edad del primer episodio, el tipo de activi-
dad deportiva previa a la primera luxación
y el número de implantes empleados en la
cirugía. Los resultados funcionales fueron
evaluados mediante las escalas: Índice de
inestabilidad de hombro de Western Onta-
rio (WOSI), Rowe y Walch-Duplay y los re-
sultados radiológicos a través de la escala
de Samilson-Prieto. Recogieron datos de
SOSA FIERRO, L. D., TORRES VILLACÍS, M. P., MORALES GUERRERO, E. F., & AUCACAMA CHUQUITARCO, M. K.