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RECIMAUC VOL. 7 Nº 4 (2023)
Introducción
Las fracturas mandibulares son el motivo de
numerosas consultas en las salas de emer-
gencia, y muy frecuentemente terminan
siendo atendidas por el servicio de Cirugía
Bucal y Maxilofacial para su resolución final.
Esta estructura anatómica del tercio inferior
de la cara, tiene importantes funciones, se
trata de un hueso expuesto, en forma de
U, fuerte, móvil e involucrado en el habla y
la alimentación (masticación y deglución),
donde se pueden evidenciar dos divisiones
principales: una horizontal (anterior) que so-
porta la dentición y otra vertical (posterior)
donde se insertan los músculos de la masti-
cación y forma la articulación temporoman-
dibular (Sánchez Villón, 2021).
El trauma maxilofacial supone un problema
de gran relevancia debido a su alta inciden-
cia y a la diversidad de lesiones que com-
prende esta patología. Este tipo de trauma
se acompaña de una severa morbilidad,
pérdida de la función, desfiguramiento y
un costo significativo, ya que la mayoría de
los pacientes deben hospitalizarse y se re-
quieren recursos considerables para el tra-
tamiento. El manejo del trauma maxilofacial
incluye el tratamiento de los huesos fractu-
rados, el trauma dentoalveolar y las heridas
de tejidos blandos, así como el tratamiento
de las lesiones asociadas (Castillo Cardiel
et al., 2021).
Se denomina traumatismo a la acción de
un agente vulnerante externo que impacta
sobre los tejidos corporales. En los tejidos
blandos producen distintos tipos de heri-
das, incisas, contusas, abrasivas, laceran-
tes, desgarrantes, y en los tejidos duros se
establecen las fracturas, que la definimos
como la solución de continuidad que se
establece en el tejido óseo, con diversas
características, parciales, completas, úni-
cas, dobles, múltiples conminutas con o sin
pérdida de sustancia etc. La localización de
los traumatismos bucomáxilo facial se distri-
buyen en tres tercios: el inferior que corres-
ponde al maxilar inferior, los tercios medio y
FRACTURAS DE MAXILAR INFERIOR. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
superior. Las fracturas mandibulares desde
el punto de vista topográfico se clasifican
en sinfisiarias, parasinfisiarias, de cuerpo,
de ángulo, de rama, de cuello de cóndilo,
de cabeza de cóndilo y de apófisis coronoi-
des (Oscar Rosende et al., 2009).
Las fracturas mandibulares ocupan el se-
gundo lugar dentro de las fracturas faciales
(superadas únicamente por las fracturas de
los huesos nasales) y el décimo lugar entre
las fracturas de todo el organismo; se cal-
cula que anualmente las fracturas mandibu-
lares ocupan el 36% de todas las fracturas
del complejo maxilofacial. Se presentan con
mayor frecuencia en adultos, principalmen-
te en las edades entre 25 y 34 años, en el
sexo masculino más que en el femenino y
los más jóvenes son más propensos a sufrir
traumatismos de más intensidad (Elizabeth
& Rodney Alberto, 2021).
La atención de las fracturas debe ser in-
mediata, para mejorar las condiciones del
paciente hasta que este reciba el cuidado
pertinente es necesario despejar las vías
respiratorias, controlar la hemorragia, com-
probar el estado neurológico y aplicar una
técnica anestésica y posteriormente un ven-
daje para disminuir el dolor. El tratamiento de
estas lesiones puede ser abierto o cerrado,
siendo el sistema Michelet-Champy uno de
los más utilizadas debido a que es una técni-
ca quirúrgica de fijación fuerte que se aplica
directamente al hueso impidiendo el despla-
zamiento de los fragmentos óseos, además,
al ser de manejo intraoral utilizando aneste-
sia local, el procedimiento se considera am-
bulatorio (Delgado Coronel, 2021).
Metodología
La presente investigación se enmarca den-
tro de una metodología de tipo bibliográfica
documental. Ya que es un proceso sistema-
tizado de recolección, selección, evalua-
ción y análisis de la información, que se ha
obtenido mediante medios electrónicos en
diferentes repositorios y buscadores tales
como Google Académico, Science Direct,
Pubmed, entre otros, empleando para ellos