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RECIMAUC VOL. 7 Nº 2 (2023)
Introducción
Se conoce el eje intestino-cerebro como la
comunicación bidireccional y dinámica que
se establece entre el intestino y el cerebro.
En este eje la comunicación se produce a
través de 3 vías principales que incluyen
mecanismos de señalización nerviosos, en-
docrinos e inmunitarios. El intercambio de
información se produce tanto por vía nervio-
sa mediante neurotransmisores (NT) como
por vía sanguínea (hormonas, citoquinas,
metabolitos…) siendo partícipes el sistema
nervioso central (SNC), el sistema nervioso
autónomo (SNA), el sistema nervioso enté-
rico (SNE), los sistemas neuroendocrino y
neuroinmunitario, y la microbiota. (Sacristán
Oliveri, 2021, pág. 6)
En este sentido, es necesario definir la mi-
crobiota como el conjunto de microorga-
nismos (bacterias, hongos, arqueas, virus
y parásitos) que reside en nuestro cuerpo,
que a su vez pueden diferenciarse en co-
mensales, mutualistas y patógenos. El tér-
mino microbioma hace referencia a todo el
hábitat, incluidos los microorganismos, sus
genes y las condiciones ambientales, pero
en la práctica ambos términos se usan in-
distintamente, confundiendo el sufijo bioma
(comunidad) con el de oma (conjunto). En
cada una de las diferentes localizaciones
de nuestro organismo podemos encontrar
ecosistemas microbianos complejos. El más
complejo, diverso y numeroso es el asocia-
do al aparato digestivo, particularmente en
el ciego, donde la densidad de microor-
ganismos es la mayor que hay en nuestro
organismo. (Del Campo, Alarcón, D’Auria,
Delgado, & Ferrer, 2018, págs. 241, 242)
La microbiota intestinal y su microbioma
(genoma de la microbiota) son elementos
fundamentales para el equilibrio de la salud
y actúan como reguladores clave de distin-
tas funciones del organismo del humano,
entre la que se incluye la relación del eje mi-
crobiota – intestino - cerebro caracterizado
por sus acciones en el desarrollo y fisiología
cerebral. (Castañeda Guillot, 2019, pág. 3)
PEÑAFIEL PEÑAFIEL, M. B., & NOVO PINOS, K. M.
Sacristán Oliveri, (2021) destaca que cuan-
do la microbiota se ve alterada por cual-
quiera de los factores ya mencionados,
entramos es un estado de disbiosis. Estas
alteraciones están presentes en multitud de
enfermedades de carácter neurológico, de
carácter intestinal o metabólico: Alzheimer,
Parkinson, Autismo, Depresión, Esquizofre-
nia, Colitis Ulcerosa, Obesidad, Diabetes
Mellitus tipo 2 (DM2), Trastornos de la con-
ducta alimentaria (TCAs), entre otras. (p. 8)
El estudio de la microbiota intestinal ha
abierto un horizonte de conocimiento en
torno a las causas naturales de la conexión
conocida popularmente como eje intesti-
no-cerebro, que ha demostrado tener una
relación directa en el desarrollo de enfer-
medades, es decir, que el cerebro y el in-
testino se encuentran interconectados con
una intensidad que nos permite afrontar los
problemas asociados tradicionalmente a
la ciencia médica desde una perspectiva
completamente innovadora y complemen-
taria. (Molina, 2023)
En virtud del carácter novedoso de esta
relación intestino-cerebro-microbiota y su
relación con diversas enfermedades, es im-
portante revisar la literatura actual en torno
a este tema. Es bien conocido el tema de la
microbiota desde hace años, no obstante,
los estudios de su importancia en la comu-
nicación bidireccional entre el intestino y el
cerebro y en el abordaje de algunas enfer-
medades por medio del manejo de la mi-
crobiota y de este eje, son novedosos. En
consecuencia, la presente investigación tie-
ne el objetivo de plasmar las generalidades
en torno al eje intestino-cerebro-microbiota
y su relación o impacto en la salud humana.
Materiales y Métodos
La presente investigación es de tipo docu-
mental bibliográfico y la metodología apli-
cada es la de revisión. Se requirió para su
desarrollo de material bibliográfico digital,
el cual se ubicó por medio de equipos de
computación con conexión a internet.