774
RECIMAUC VOL. 7 Nº 1 (2023)
sorción. Cuando se prevé sea una anemia
no carencial, o también, en situaciones de
pacientes con anemia ferropénica carencial
que no responde adecuadamente al trata-
miento (y se ha descartado un mal cumpli-
miento), además de valorar la indicación de
tratamiento con hierro oral, se requerirá de
cribado de enfermedad celíaca, hormonas
tiroideas (TSH y T4), sangre oculta en heces
y sistemático y sedimento de orina. Se Va-
lora la derivación a Hematología para com-
pletar el estudio. Ante otra presunción clíni-
ca que justifique las pérdidas aumentadas
de hierro, se procederá en consecuencia:
– Dolor abdominal, sangrado digestivo,
sospecha de úlcera gastrointestinal o di-
vertículo de Meckel o enfermedad infla-
matoria intestinal: se gestiona valoración
por Gastroenterología.
– Sospecha parasitosis (viajes al Trópico,
diarrea, eosinofilia): se insta examen de
parásitos en heces (×3).
– Ante menstruaciones muy abundantes o
frecuentes: valoración ginecológica.
– Hematuria: derivación a Nefrología.
– Hemoptisis: derivación a Neumología.
(Pavo, Muñoz, & Baro, 2016, pág. 155)
El criterio establecido en el Consenso Na-
cional para el Diagnóstico y Tratamiento de
la Anemia en la Infancia y en la Adolescen-
cia de 2012, coincide con lo anterior, sin
embargo, también se precisó que:
La transfusión de eritrocitos es una alterna-
tiva adyuvante para niños con anemia se-
vera con descompensación hemodinámica
hasta la desaparición de los síntomas o en
caso de cirugía de urgencia y comorbilidad
asociada a hipoxia tisular (infección, des-
nutrición, diarrea crónica, con insuficiencia
respiratoria y anemia aguda resultante de
una hemorragia).
Se recomienda, en el caso de escolares y
adolescentes, aumentar el aporte de hierro
dietético fundamentalmente a través de ali-
mentos de origen animal. En los casos de
hipersensibilidad a la proteína de la leche
de vaca, ésta deberá suprimirse o sustituir-
se por una fórmula adecuada.
Prevención de la Anemia
Tomando en cuenta todo lo antes referido,
en general y conforme al criterio de Ma-
neyro (2019), debe comprenderse que para
de esta condición, no es factible una pre-
vención propiamente dicha. Del mismo es
posible diferenciar algunas medidas claves;
antes, durante y después del nacimiento,
que pueden favorecer la ausencia o dismi-
nución de la anemia en edad pediátrica:
a. Observar una dieta sana y completa;
sobre todo durante el embarazo (y las
etapas de la infancia y adolescencia),
dado que son momentos en los que los
requerimientos de, ejemplo: hierro, áci-
do fólico, son naturalmente elevados, y
su deficiencia pudiera originar anemia.
b. Consultar al médico en caso de presen-
tarse menstruaciones muy abundantes
o muy prolongadas, ya que las mismas
pueden ser causa de deficiencia de hie-
rro (el cual se pierde con la sangre en
cada período), pudiendo no recuperar-
se completamente con el aporte de la
dieta.
c. Consultar al médico en caso de exis-
tir antecedentes familiares certeros de
anemias de origen hereditario (como,
por ejemplo, la llamada anemia del Me-
diterráneo o talasemia), ya que su pre-
sencia en el individuo sano permitirá,
no sólo la detección de grados leves de
anemia, sino también efectuar un con-
sejo genético en personas jóvenes que
pueden transmitir tal alteración a su des-
cendencia.
d. Consultar al médico en caso de observar
la presencia de alguno de los síntomas
mencionados previamente (palidez de
la piel, cansancio, falta de tolerancia al
ejercicio, dificultad para respirar), para
PEÑA PALACIOS, S. I., INTRIAGO FREIRE, M. N., PISCO ACEBO, J. L., & PÁRRAGA SOLÓRZANO, M. L.