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RECIMAUC VOL. 7 Nº 1 (2023)
sienta ningún dolor. Para comenzar, se hace
una pequeña incisión en la encía, y se ex-
pone la infección en el extremo de las raí
del diente. Se extirpa luego el tejido infec-
tado, junto con unos pocos milímetros de la
punta de la raíz misma. Puede emplearse
una tintura para que se vean con facilidad
las grietas o fracturas, y si se descubre que
el diente está fracturado, podría ser mejor
extraerlo en ese momento en lugar de termi-
nar con la apicectomía. (Officite, 2023)
A continuación, se usan un microscopio y
luz para examinar los diminutos conductos.
Se limpian con un instrumento ultrasónico,
luego se rellenan con material inerte y se
sellan con un pequeño empaste. Para ter-
minar el procedimiento, se puede colocar
un pequeño injerto óseo en el sitio afecta-
do, y después se cierra la encía que cubre
la raíz con sutura. También pueden tomarse
radiografías a medida que se acerca el fi-
nal del procedimiento. Después se le dan
instrucciones de cuidados post operatorios,
y usted se va a casa. La mayoría de las
apicectomías duran entre 30 y 90 minutos,
aproximadamente. (Officite, 2023)
Después del procedimiento, puede tener
cierta hinchazón y dolor en el lugar tratado.
Por lo general todo lo que se necesita para
controlar las posibles molestias son medica-
mentos antiinflamatorios no esteroidales de
venta libre (como el ibuprofeno). Es probable
que regrese a sus actividades normales al
día siguiente, pero le convendrá evitar comer
alimentos duros o crocantes y cepillarse con
vigor durante unos cuantos días. Si sus sutu-
ras no son solubles, se le pedirá que regrese
a la consulta en alrededor de una semana
para que se las quiten. (Officite, 2023)
Quiste radicular
Donado (2014) lo define como una bolsa
conjuntivo-epitelial, tapizada de epitelio en la
cara que mira a la luz del quiste y de tejido
conjuntivo en la externa, con un contenido
líquido o semilíquido en su interior y que a
menudo, se encuentran encapsulado. Su
crecimiento siempre es lento y expansivo,
no infiltrante, por aumento de presión en su
interior y no por proliferación tisular y no se
consideran como auténticos tumores o neo-
plasias aunque en ocasiones se pueden ma-
lignizar. Se forma a partir de la estimulación
de los restos epiteliales de Mallassez, origi-
nados de la vaina epitelial de Hertwig aso-
ciada a la propagación de la inflamación de
un diente necrótico, donde se forma un gra-
nuloma como reacción defensiva frente a un
estímulo inflamatorio. (Bazante García, 2018)
El quiste radicular inflamatorio es el más
común de los quistes odontogénicos pre-
sentes en los maxilares. Se localiza espe-
cialmente en el sector anterior del maxilar
superior, aunque puede aparecer en cual-
quier pieza dental. En la mayoría de los
casos en especial en las fases iniciales
son asintomáticos según Chiapasco et al
(2010), a menos que se infecten. En los ca-
sos de infección se manifiesta una tensión
local o dolor verdadero y en casos que se
desaparece por completo una de las pa-
redes óseas, puede fistulizarse con secre-
ción purulenta. Donado (2014) explica que
la aparición de dolor e inflamación da una
orientación diagnóstica entre quiste y tumor,
además el crecimiento del quiste se da en
una sola dirección mientras tanto un tumor
lo hace en todas direcciones. A medida que
el quiste va creciendo desplaza estructuras
y órganos vecinos, mientras que el tumor
los invade. (Bazante García, 2018)
Continua Donado (2014) la elección de al-
gún método quirúrgico depende del com-
portamiento clínico y examen radiológico.
La quistotomía y quistectomía Esta técnica
clásica que se utiliza ampliamente hoy en
día fue propuesta por Partsch a principios
del siglo pasado (Bazante García, 2018)
Existen diferentes maneras de abordar le-
siones quísticas en los maxilares, entre ellas,
las más frecuentes son la marsupialización,
descompresión, y la enucleación del quis-
te posterior a la reducción de su tamaño o,
si es posible, la enucleación inmediata del
quiste (quistectomía).
CIRUGÍA PERIAPICAL: APICECTOMÍA Y QUISTECTOMÍA