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RECIMAUC VOL. 7 Nº 1 (2023)
En este sentido, cabe destacar que el
asma, parte de esta triada o marcha atópi-
ca, es una de las enfermedades crónicas
más comunes. Su prevalencia tiene varia-
ciones a nivel mundial que se reporta del
5 a 16%. En América Latina presenta una
prevalencia de síntomas del 15%, afectan-
do tanto a adultos como a niños. Se define
como una enfermedad heterogénea, la cual
se caracteriza por inflamación crónica de
la vía aérea. Además de la definición histo-
patológica la podemos definir por síntomas
respiratorios, entre los cuales se encuentra,
disnea, tos no productiva, sibilancias y li-
mitación de la entrada de aire, entre otros.
Estas variaciones pueden deberse a diver-
sos factores como exposición a alérgenos,
ejercicio, cambios en el clima o infecciones
virales. (Herrera & Méndez, 2017, pág. 2)
Es una de las principales enfermedades no
transmisibles (ENT), que afecta a niños y
adultos. Se estima que, en 2019, el asma
afectó a 262 millones de personas y causó
461 000 muertes. (Organización Mundial de
la Salud - OMS, 2022)
Ahora bien, refiriendo al asma como una
enfermedad atópica, Herrera & Méndez,
(2017) explican que la atopia se define
como la tendencia de una persona a pro-
ducir inmunoglobulina E en respuesta a
pequeñas cantidades de proteínas ambien-
tales. Como ya se ha mencionado, estos
pacientes que presentan atopia usualmente
desarrollan una historia de la enfermedad
característica conocido como la marcha
atópica. Los pacientes inicialmente pre-
sentan dermatitis atópica durante la niñez
temprana, y progresivamente se desarrolla
asma en la etapa escolar y finalmente rinitis
alérgica en la niñez tardía.
Por su parte, la rinitis alérgica es el prurito,
los estornudos, la rinorrea, la congestión
nasal y a veces las conjuntivitis perennes o
estacionales causados por la exposición a
pólenes u otros alérgenos. El diagnóstico se
realiza por la anamnesis y en ocasiones por
pruebas cutáneas. El tratamiento de primera
línea se realiza con un corticosteroide nasal
(con o sin un antihistamínico oral o nasal)
o con un antihistamínico oral más un des-
congestivo oral. La rinitis alérgica y el asma
coexisten con frecuencia; no está claro si la
rinitis y el asma son el resultado del mismo
proceso alérgico (la hipótesis de una sola
vía respiratoria) o si la rinitis es un desenca-
denante concreto del asma. (Delves, 2020)
Asimismo, es de gran importancia el se-
guimiento de la rinitis alérgica ya que suele
preceder al desarrollo de asma y puede dar
lugar a un asma de difícil control. En caso
de sospecha de síntomas asmáticos aso-
ciados, la espirometría forzada es una prue-
ba diagnóstica que debe realizarse. (Ber-
cedo Sanz, Callen Blecua, & Guerra Pérez,
2016, pág. 8)
En este orden de ideas, Mariño, Valls, & Mu-
llol, (2018) resaltan la relación entre rinitis
alérgica y asma, y que ambas están consi-
deradas como diferentes expresiones clíni-
cas de una misma enfermedad inflamatoria
mediada por IgE, que afecta a toda la vía
respiratoria, de ahí el concepto de «vía res-
piratoria única». Por ello es recomendable
valorar la existencia concomitante de asma
bronquial en pacientes con PER y RA mo-
derada y/o grave. El desarrollo de asma en
la infancia (inicio precoz) suele asociarse a
la alergia…, …Una vez establecidos los dos
procesos en un mismo paciente, hay que te-
ner en cuenta que la rinitis mal controlada
puede agravar el asma y aumentar el consu-
mo de recursos sanitarios consecuencia de
exacerbaciones de los síntomas bronquia-
les. (Mariño, Valls, & Mullol, 2018, pág. 58)
Bercedo Sanz, Callen Blecua, & Guerra Pé-
rez, (2016) añade al respecto, que la rinitis
alérgica y el asma son enfermedades co-
mórbidas: un alto porcentaje de pacientes
con rinitis alérgica (40-50%) tienen asma,
mientras que un 80-90% de asmáticos tie-
nen rinitis alérgica. Se ha sugerido que un
óptimo manejo de la RA puede prevenir o
retrasar la aparición de asma y mejorar el
coexistente. (p. 4)
FERNÁNDEZ VÉLIZ, M. A., DÍAZ VEGA, R. A., SERRANO WIESNER, M. DE L. A., & LOOR GUADAMUD, M. A.